Así fue el entierro de alias “Gavilán”

A pesar de ser considerado por las autoridades como el segundo narcotraficante más buscado del país, el velorio de Roberto Vargas Gutiérrez, alias “Gavilán”, careció de la fastuosidad de los capos de antaño.

Tras su muerte en un enfrentamiento con la Fuerza Pública el pasado viernes, en un paraje cenagoso entre los municipios de Turbo y Riosucio, el cadáver fue trasladado a Medicina Legal de Medellín.

De acuerdo con las autoridades, una hermana menor realizó los trámites funerarios y reclamó el cuerpo, para llevarlo el sábado en un vuelo chárter el aeropuerto de Carepa, en la subregión de Urabá.

Desde allí movilizaron el féretro hasta el corregimiento San José de Mulatos, en la zona rural de Turbo. En una vivienda se realizó al mediodía del domingo una sencilla ceremonia de velación, a la que asistieron cerca de 80 personas. El entierro fue a la 3:00 p.m., en ese mismo poblado.

“Gavilán” nació hace 48 años en San Pedro de Urabá. En su adolescencia ingresó a la guerrilla del Epl y tras la desmovilización en 1991 se sumó a las Autodefensas.

En 2005 participó de nuevo en un proceso de desarme, para retomar la senda de la violencia dos años después, en la banda “los Urabeños” o “Clan del Golfo”, en la que llegó a ser el jefe número dos, detrás de su socio Dairo Antonio Úsuga David, alias “Otoniel”. En ese tránsito, arrastró a algunos de sus familiares, que a juicio de la Policía y la Fiscalía terminaron involucrados en los negocios ilícitos de la organización.

El 12 de mayo de 2015 fue detenida en San Pedro de Urabá su hermana mayor, Ángela María Vargas Gutiérrez (“la Chola”); el 6 de mayo de 2016 fue capturado su sobrino Pedro Nel Pulgarín Vargas (“Pedrito”), en el mismo municipio; y el pasado 12 de julio, en Unguía (Chocó), murió en otro tiroteo con la Fuerza Pública su hermano Efrén Vargas Gutiérrez, (“Rafa” o “Culo e’ Toro”).

Ahora las fuerzas del Estado persiguen a otro de sus hermanos, Luis Vargas Gutiérrez (“Pipón” o “Iván”), señalado de pertenecer a la misma agrupación.

Tras el entierro de “Gavilán”, las autoridades se preparan para una posible embestida y plan pistola de la banda, como ha sucedido en otras oportunidades, cuando cabecillas de la facción han sido dados de baja