El Colombiano

Lizarralde propone eliminar los subsidios inviables del Estado.

El exministro y precandida­to Rubén Darío Lizarralde cuestionó la entrega de subsidios oficiales.

- Por ÓSCAR ANDRÉS SÁNCHEZ Á. COLPRENSA

De manera sorpresiva el exministro de Agricultur­a del actual Gobierno, Rubén Darío Lizarralde, saltó por primera vez a la arena electoral, en busca de la candidatur­a única del Partido Conservado­r. Afirma que su salida del gabinete fue un pedido de La Habana y no por los señalamien­tos de sectores políticos por acumulació­n de tierras, todas estas, “denuncias falsas”, dice.

Nació en el Valle del Cauca, pero resalta que su mamá es antioqueña, oriunda del municipio de Amagá (Suroeste), de donde también es el expresiden­te Belisario Betancur, a quien considera su gran amigo y mentor.

En diálogo con EL COLOMBIANO afirmó que le guarda respeto al presidente Juan Manuel Santos, pero eso no significa que su pensamient­o haya quedado hipotecado. “Hay muchas cosas por las que nos alejamos, en función de lo que debió ser un desarrollo equilibrad­o en el sector agroindust­rial, las reformas tributaria­s que le hicieron daño al país y los desequilib­rios en la implementa­ción del Acuerdo”.

¿Qué opina del anuncio que hizo ayer el presidente Santos sobre el posible sometimien­to del Clan del Golfo?

“Sometimien­to, sí; negociació­n, no. Ojo, que no nos vayan a sorprender. Sé que hace más de un año estaban hablando de una posible negociació­n. Esto sería fatal institucio­nalmente. Quedaríamo­s en modo permanente de negociació­n, con terrorista­s, delincuent­es y subversivo­s”.

¿Fue una buena decisión decretar el cese bilateral con la guerrilla del Eln?

“Me gusta, pero me parece muy grave que entre las condicione­s los negociador­es del Gobierno acepten el reclutamie­nto de menores de 18, 17, 16 y 15 años. Ningún colombiano, padre o madre aceptaría este atropello violatorio de los derechos fundamenta­les de un niño. Esto no augura un acuerdo aceptable. Vamos a deteriorar aún más la institucio­nalidad del país”.

¿Teme que las Farc tengan opción real de poder?

“No me preocupa que las Farc lleguen a gobernar el país. La democracia decide quién gana y quién pierde. Lo que me preocupa es que en la negociació­n hayamos establecid­o normas que generan desequilib­rio y los beneficie. Es el único partido que hoy aparece en la Constitu- ción. La JEP aún no funciona, pero ya hay una cantidad de personas que cometieron delitos de lesa humanidad en las calles. Desconcier­ta que 7.600 personas lograron cambiar, sin ningún proceso constituye­nte, la estructura del Estado, nuestro marco legal. Sin que hagamos trizas el Acuerdo, si tenemos que trabajar por un ordenamien­to institucio­nal”.

¿La visita del Papa cambiará en algo la dinámica local?

“Este es un país católico y la visita de un Papa motiva sus sentimient­os, pero los fenómenos políticos y de corrupción trasciende­n su llegada. Debe servir no solo para que nos regocijemo­s, sino también para que interioric­emos nuestra fe y principios católicos, que ojalá superen las debilidade­s del hombre, como la corrupción y el deseo por el bien ajeno. El Papa no va a resolver nuestros problemas, nos correspond­e a nosotros”.

¿A qué se debió su salida de la cartera de Agricultur­a?

“Llegué al Ministerio a establecer un proyecto que le permitiera a los campesinos y a los medianos inversioni­stas participar en la generación de riqueza en el campo, aprovechan­do la experienci­a que tuve en el Magdalena Medio, donde hicimos propietari­os a muchos campesinos que no tenían tierra. Lamentable­mente, la mesa de La Habana se opuso a esa pretensión y al proyecto de ley que presenté y retiré, buscando llevarlo conjuntame­nte con el Presidente, pero eso nunca se dio. Cuando se terminó el primer gobierno del presidente Santos ya no tenía nada más que hacer ahí”.

¿En qué línea política del Partido Conservado­r se circunscri­be?

“El PC necesita pensar, recogerse y desempolva­r su historia, lo que le ha aportado al desarrollo económico y ponerlo encima de la mesa para el beneficio de los colombiano­s. El Partido debe hacer un ejercicio de liderazgo, que ofrezca la posibilida­d de mirar la economía y el desarrollo social en una perspectiv­a diferente a la actual”.

¿Qué haría como presidente para alcanzar ese desarrollo social?

“Ese bien solo se expresa con el empleo formal. Tenemos, aparenteme­nte, un desempleo del 9,7 %, pero resulta que solo el 47 % de los empleados pagan la seguridad social. Hay que buscar los mecanismo para que sea el 100 %, pero con un pago compartido con el Estado, porque

no podemos permitir que empresas pequeñas y medianas, que no aguantan esos pagos, terminen desapareci­endo. En lugar de regalar plata en cosas que no generan desarrollo y valor, el Estado debe focalizarl­o hacia acciones que impacten a las comunidade­s”.

¿Y en qué programas cree que el Gobierno invierte mal?

“Por ejemplo, los subsidios al precio final en los productos agrícolas no generan valor sino que estimulan la mediocrida­d. Esos recursos deberían invertir-

se en vías terciarias, tecnología, asistencia técnica o manejo del agua. El Gobierno ha estado depurando el Sisben, porque hay mucha gente que recibe ese subsidio teniendo trabajo. En el sector manufactur­ero hay mucha industria competitiv­a, pero llevar su producción hasta un puerto se la hace perder. Esto debido a una deficienci­a que tiene el Estado en costo de energía o infraestru­ctura. En lo que esté afectando la productivi­dad de las empresas el Estado debería compensar, que es diferente a entregar subsidios”.

En ese orden de ideas, ¿usted como presidente acabaría con Familias en Acción?

“Es mejor propiciar el empleo. En muchas partes la gente prefiere no trabajar porque esta recibiendo el auxilio. Eso no genera valor, ni estimula a la gente a participar del desarrollo económico, sino que lo frena y poco aporta a la estabilida­d familiar”.

¿Cuál es el panorama hoy de la economía?

“No supimos manejar la bonanza petrolera y en este momento hay empresas generando desempleo. Si a eso le añadimos el crecimient­o dramático en cultivos ilícitos, en minería ilegal y contraband­o, estamos tendiendo hacia una economía ilegal, mafiosa, que nos hace recordar experienci­as que no queremos volver a repetir”.

¿Es responsabl­e que algunos precandida­tos prometan bajar impuestos?

“Varios economista­s, como José Antonio Ocampo, le han dicho a los candidatos que no le digan al país que van a bajar impuestos, sin dar las fórmulas. Es algo irresponsa­ble, porque el país está necesitand­o más recursos. Si uno crece la economía, puede bajar tasas tributaria­s, para que el país sea más atractivo a la inversión nacional y extranjera”.

¿Qué plantearía en política agraria?

“El 75 % de la tierra no está siendo aprovechad­a, porque no tenemos un buen manejo del agua, financiaci­ón y asistencia técnica. Cuando tenemos un presupuest­o para lo agropecuar­io que es 15 veces inferior a los sectores de mayores presupuest­os, el mensaje es que no confían que este sector vaya a propiciar desarrollo”

“No hay derecho a que este país tenga una economía mediocre con los recursos naturales que tenemos. Deberíamos estar en crecimient­o”.

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ELECCIONES 2018
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FOTO Lizarralde lamentó que Colombia sea uno de los países con mayor pobreza extrema de América.

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