Opción para ganar más confianza en negocios
Estamos en momentos de alta incertidumbre, como señalan los más recientes resultados de índices de confianza, en niveles negativos. En estas coyunturas, los fideicomisos toman relevancia para celebrar negocios, veamos por qué. El fideicomiso, administrado por una fiduciaria vigilada por la Superintendencia Financiera, cumple las instrucciones del contrato fiduciario, así genera confianza para las partes. Por ejemplo, en un proyecto de construcción de apartamentos, los compradores aportan recursos al fideicomiso para que se inviertan solo cuando se cumplan ciertos requisitos que otorguen viabilidad al proyecto. Cumplidos los mismos, los recursos se destinarán solo al desarrollo de la edificación. Así mismo, es garantía para el dueño del predio, que lo aporta al fideicomiso y acuerda con el constructor que será pagado con parte de los apartamentos a construir y un porcentaje de las utilidades del proyecto. En el evento de no acreditarse los requisitos, se de- volverán los recursos y se restituirá la tierra a su dueño. Otro ejemplo son las promesas de compraventa, en que el fideicomiso es un complemento o reemplazo. El vendedor de un local comercial lo aporta al fideicomiso y el comprador es su beneficiario; con el pago del precio se ceden los derechos fiduciarios al comprador o se le transfiere el inmueble. Esta operación da tranquilidad a ambas partes. También los padres de familia que han consolidado un patrimonio, podrán aportar a un fideicomiso sus bienes, ceden los derechos fiduciarios a sus hijos, y se reservan el usufructo y la facultad de dar órdenes en el fideicomiso. Así, los padres garantizan sus ingresos y a su fallecimiento, los hijos decidirán si mantienen el fideicomiso. Finalmente, este instrumento tienen ventajas complementarias como la confidencialidad y tener un esquema de gobierno definido.