Irma devastó a las Antillas, y sigue
El huracán destruyó el 90 % de los edificios de Barbuda y 95 % de San Martín. Pasó por P. Rico.
La falta de información y la amenaza de un avance desastroso del huracán Irma por el Atlántico, el más potente a la fecha fuera del Mar Caribe, tuvo ayer en vilo a la región. Su impacto el miércoles en las Antillas Menores es incalculable, y apenas en la tarde comenzaron a llegar reportes, con la advertencia de que con el transcurso de las horas cambiarían:
El 90 % de la infraestructura de la isla de Barbuda está destruida, según una alerta de ese Gobierno que replicó el diario The Guardian; el 95 % del sector francés de San Martín está en las mismas condiciones; al menos seis muertos y dos heridos graves hay en los territorios franceses de San Martín y San Bartolomé, y gran temor se infunde en Puerto Rico, pues el ojo de Irma pasó en la tarde a 40 kilómetros de la isla de Culebra (a 27 kilómetros de la costa boricua), dejando hasta ahora una mujer muerta.
El paso inminente por La Florida el fin de semana obligó al gobernador de ese estado, Rick Scott, a pedir el desalojo de los residentes de áreas bajas de Miami y a anunciar que se harán nuevas evacuaciones. “Podemos reconstruir casas, pero no resucitar personas”, dijo para la televisión americana.
De acuerdo con Cristian Euscátegui, jefe de Pronósticos del Ideam, los vientos de Irma iban ayer a una velocidad de 295 kilómetros por hora, lo que lo ubica en lo más alto del nivel 5 (el máximo en la escala de SaffirSimpson). Él, que está en un grupo con representantes de los países de la Asociación Regional Cuatro (que agrupa a las naciones que pueden ser golpeadas por huracanes en el Caribe), cuenta que durante todo el miércoles señalaron lo poderoso del sistema e incluso manifestaron no haber visto un ciclón tan fuerte antes.
“Sí puede generar un impacto fuerte, no hay mayor información sobre estos, no sabemos, pero todo indica que son bastante importantes. Es un huracán muy poderoso, que se proyecta con una trayectoria por el norte de Puerto Rico, Haití, República Dominicana, Cuba y la península de La Florida por la parte orien- tal”, explica, con el agravante de que al cierre de esta edición las tormentas tropicales José y Katia se convirtieron en huracán de categoría 1 en la cuenca atlántica (ver infografía).
Ojos sobre Haití
Graves impactos podría sufrir también Haití, donde un terremoto en 2010 provocó 316.000 decesos y el huracán Matthew, en octubre del año pasado, dejó cerca de 900 fallecidos y extendió una epidemia de cólera que aún no se controla. Según le dijo a EL COLOMBIANO Sophie Boutaud, portavoz de la misión de la ONU en ese país, los fuertes vientos, el oleaje y la lluvia podrían golpearlos entre la noche del jueves y la mañana del viernes, “y se espera que sea muy fuerte, particularmente en los departamentos del norte”.
La Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití, Minustah, “tiene cierta capacidad militar y policial sobre el terreno”, detalla la funcionaria, y añade que los brasileños, que tienen importantes capacidades de ingeniería, valiosas en términos de respuesta al huracán, desplegaron dos pelotones para estar listos a abrir las carreteras principales hacia el norte, el noroeste y el noreste.
No obstante, la información, lo más básico en medio de estas emergencias, es precaria. Según un reporte de la agencia AFP, ayer los habitantes de la barriada de Shada, ubicada al borde del río Mapou (que se ha desbordado en varias ocasiones) no sabían que al día siguiente llegaría Irma.
“Yo no sabía que había un ciclón porque no tenemos electricidad aquí, entonces no podemos recibir información”, dijo Jacquie Pierre, uno de los habitantes, señalando su pequeño televisor cubierto con un mantel. Pierre Valmy, otro poblador, le expresó a la agencia: “ahora que sé que se acerca un huracán, voy a guardar mis papeles importantes en una bolsa de plástico y la pegaré en lo alto de la estructura, porque solo tengo esta casa y ningún lugar para ir”