El Colombiano

Oír la voz de los escritores

Una nueva propuesta en la Fiesta del Libro: los autores leen su obra en las noches.

- Por CARLA DUQUE GIRALDO *

Escuchar a un autor leer su obra. Saber cómo es que dice lo que dice. Atestiguar el encuentro de ese par de viejos conocidos: el que escribe con lo que escribió. Y sospechar que mientras se lee a sí mismo, tal vez le susurra recuerdos a esa página.

Una lectura en voz alta, un sueño es el nuevo espacio de la edición 11 de la Fiesta del Libro y la Cultura. Esta vez serán los escritores quienes lean frente a los asistentes fragmentos de sus trabajos: Alejandro Zambra, Gioconda Belli, Piedad Bonnett, Frank Báez, Jorge Valencia y Héctor Abad Faciolince estarán durante algunas de las noches de Fiesta dándole voz a aquello que un día escribiero­n.

Los autores

Para Piedad Bonnett, la lectura en voz alta es un placer en el que se entrenó desde que era una estudiante de bachillera­to. Dice que aunque leer su obra no siempre es fácil, pues a veces se puede aguzar el sentido autocrític­o y a medio camino empezar a no sentirse tan a gusto con aquel texto.

También existen, no obstante, esos momentos maravillos­os en los que logra un contacto íntimo y profundo con quienes la escuchan.

“Las mejores lecturas en voz alta para mí son las de poesía, pero también lo son las lecturas de cuentos a los niños, y creo que la noche es más propicia para la lectura. Se crea una atmósfera, que puede ser embellecid­a con luces tenues y otros detalles. Así la asemejamos a un rito, a una ceremonia, y puede llegar a ser una especie de experienci­a mística, y lo afirmo a pesar de correr el riesgo de parecer cursi”, anota Piedad.

El poeta dominicano Frank Báez cuenta que leer un texto de esta manera es traerlo a la vida.

De niño, su padre le leyó La isla del tesoro de Robert Louis Stevenson, y así inició su interés en la literatura. Para Frank, ese libro todavía tiene la voz de su padre.

“A mí me encanta. Lo hago con frecuencia. Cuando estoy le- mil visitantes se esperan vayan a la Fiesta del Libro en su edición número 11. yendo un libro y de pronto me encuentro con un pasaje memorable o un verso hermoso, lo leo en voz alta para saborearlo. Me gustan los audio libros y leer textos de diferentes regiones de Latinoamér­ica para así imitar los acentos. Por otro lado, para mí, la prueba final de un texto es cuando lo leo en voz alta. Suelo grabarme con el iPhone leyendo mis poemas. Al oírme puedo ver errores e incluso soy capaz de concientiz­ar el uso de palabras y expresione­s”.

Para él, al igual que para Piedad y el escritor chileno troncos harán las veces de árboles, porque las plantas del Jardín son intocables. Alejandro Zambra, la poesía es en definitiva lo que más se presta para ello, pues es quizá el género más cercano al ritmo de la propia respiració­n.

Además de ser poeta, Frank ha hecho teatro y lleva casi diez años haciendo performanc­es con El hombrecito, su banda, en la que mezcla la poesía con la música.

Según dice, la lectura es un acto creativo al que debe dedicársel­e tiempo y práctica, pues es una ilusión poderosa que se comparte con muchas personas.

“Cuando leo en voz alta me entrego de lleno de manera que pueda revivir el lenguaje del texto y acercarlo a los demás. Supongo que es como algo atávico. Uno vuelve a la época de las cavernas, cuando estábamos alrededor del fuego y alguien contaba algo y a partir de las palabras los otros se imaginaban lo descrito. A mí me recuerda cuando estaba trabajando el texto. Me lleva a sus orígenes. Si logro leer con nitidez y propiedad, los personajes y las situacione­s sobre las que escribí aparecen y se encarnan

frente a los espectador­es”.

Alejandro Zambra, por su parte, cuenta que disfruta y a veces sufre. “Si me aburro escuchando mi propio relato, el fracaso es total. Y si escucho textos de otros y no me aburro significa que me gustan mucho, porque me distraigo con facilidad”.

Eso sí, leer para otros es algo que disfruta siempre. “Me gusta, es casi lo único que me gusta hacer en público. Hablar a veces también, pero depende de muchos factores”.

Escuchar a un autor leer su obra es permitirse encontrar en su voz las claves y pistas que llevan hasta el espacio íntimo en el que nació ese poema o esa narración.

Es seguir esos caminitos sutiles que guían a las profundida­des del momento en que surgieron sus palabras.

En el auditorio EL COLOMBIANO de la Fiesta del Libro y la Cultura, ahí en el Jardín Botánico, ese ritual místico que dio origen a la voz primera se revivirá, por suerte, durante varias noches

* Escritora. Coordina grupo de estudiante­s voluntario­s

de periodismo de la UPB.

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