El Colombiano

UN PESO Y DOS MEDIDAS

- Por : ALDO CIVICO aldo@aldocivico.com

Una de dos: o capturan a quienes han facilitado el acercamien­to entre el Clan del Golfo y el gobierno nacional para explorar la posibilida­d de un sometimien­to a la justicia, o liberan a Gustavo Villegas.

Fue el mismo presidente Santos quien anunció al país la existencia de un ofrecimien­to por parte del Clan del Golfo para que se sometan a la justicia. Lo hizo después de dar conocimien­to del operativo que dio muerte a alias “Gavilán,” el número dos de la organizaci­ón criminal liderada por alias “Otoniel”. El ofrecimien­to es considerad­o por parte del Gobierno Nacional como el resultado de la presión militar, y por lo tanto una victoria.

De esta manera, el sometimien­to a la justicia de cabecillas y miembros de estructura­s criminales se está perfilando cada vez más como una política de Estado para combatir eficazment­e al narcotráfi­co. De hecho, este instrument­o quedó definido también en el acuerdo de paz firmado con las Farc en el punto 3 sobre el Fin del Conflicto.

Ahora, hay que resaltar que el anuncio sobre el Clan del Golfo no se produjo de la noche a la mañana, y tampoco fue solo el producto del abatimient­o de alias “Gavilán”. De hecho, el vicepresid­ente general (r) Naranjo, hablando con los periodista­s, reveló que el senador Iván Cepe

da fue un interlocut­or clave entre el Clan del Golfo y el gobierno nacional. “Un senador tuvo el contacto original con el Clan del Golfo y trajo la solicitud original al Gobierno”, dijo el vicepresid­ente. El presidente Santos debería también aclarar si es verdad que el gobierno nacional estuvo adelantand­o diálogos secretos con el Clan del Golfo durante los dos últimos años.

Todo esto que el mismo gobierno está revelando sobre el ofrecimien­to del Clan del Golfo, no es distinto a lo que pasaba en Medellín con respecto al sometimien­to de varios cabecillas de estructura­s criminales. De hecho, cuando a comienzos del 2016 el alcalde Federico Gu

tiérrez fue informado de que la Fiscalía estaba adelantand­o el sometimien­to de varios cabecillas de estructura­s criminales, decidió apoyar (como Santos lo hace hoy) a esta política. Por eso Gustavo Villegas coordinó cada entrega con la entonces directora seccional de Fiscalías de Medellín, Claudia Carrasquil­la, y con el fiscal Andrés Cabreras, o sea, curiosamen­te, con los mismos fiscales que ordenaron la captura del ex secretario de Seguridad.

Por eso, uno no entiende por qué el senador Cepeda es mencionado por el vicepresid­ente con gratitud, mientras que Villegas está desde el pasado 4 de julio privado de su libertad. Les toca ahora al fiscal general explicar esta diferencia de tratamient­o. De lo contrario, queda la impresión de que la Fiscalía en Medellín, bajo el liderazgo de Claudia

Carrasquil­la, operó de mala fe y queda la sospecha de que el caso de Villegas responde a intereses políticos, y hasta criminales, y no de justicia.

El anuncio del presidente Santos es importante porque reitera la importanci­a del instrument­o del sometimien­to a la justicia en la lucha contra al narcotráfi­co. Este es el camino. Por eso, el senador Cepeda asumió un papel necesario y clave. Lo mismo hizo Gustavo

Villegas, y por eso ya es hora de que se abren para él las puertas de la cárcel

El senador Cepeda es mencionado por el vicepresid­ente con gratitud, mientras que Villegas está privado de su libertad.

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