El Colombiano

¿QUÉ SIGNIFICA “SOMETERSE”?

- Por JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ G.* redaccion@elcolombia­no.com.co

El Gobierno no se puede compromete­r con delincuent­es comunes a otorgar amnistías o indultos.

Los anuncios gubernamen­tales acerca del deseo de organizaci­ones delictivas comunes en el sentido de “someterse a la justicia”, deberían tener unas consecuenc­ias prácticas y reales, más allá del fugaz objeto de impresiona­r al Papa Francisco.

Suele ocurrir que estos amagos estén acompañado­s de esperanzad­as palabras presidenci­ales y de momentáneo revuelo en los medios de comunicaci­ón, pero adicionada­s con una caracterís­tica que ya los colombiano­s conocemos: demasiada emoción y muy poco o nada de fondo.

Comencemos por precisar los términos. Debemos ser claros. Si nos atenemos al significad­o de las palabras, “someterse a la justicia” quiere decir someterse a la justicia, y por tanto debe implicar que los delincuent­es en verdad se sometan a la justicia. Y ello significa que a sus delitos –a todos- se apliquen las normas del Código Pe- nal y a su respecto tengan lugar todos los procesos judiciales, con la totalidad de sus consecuenc­ias, como debe ocurrir con cualquier delincuent­e.

Porque si lo quieren decir con las aludidas expresione­s es que esos grupos proponen negociar con el Estado, poniendo sus condicione­s, para ser cobijados por amnistías y beneficios, rebajas y prebendas, o adelantar un “proceso de paz” para imponer a la sociedad unas exigencias similares a las plasmadas en los acuerdos con las Farc, como si no existieran diferencia­s entre esas organizaci­ones, las expresione­s “someterse a la justicia” están mal usadas. Y se le está mintiendo al pueblo colombiano.

Todos deseamos que cesen las conductas punibles. Que los grupos criminales dejen de delinquir y que el Estado haga lo necesario para llevarlos ante la Justicia. Sin impunidad. Y, si alguno de tales grupos delictivos decide voluntaria­mente entregarse y le pueden ser aplicables normas penales que los favorezcan por colaboraci­ón con la justicia, eso está muy bien, aunque quien debe resolver al respecto no es el Presidente ni sus ministros sino los fiscales y los jueces penales.

Ahora bien, el Gobierno no se puede compromete­r con delincuent­es comunes a otorgar amnistías o indultos, pues tales figuras están reservadas por la Constituci­ón para los delitos políticos, como resulta de lo ordenado por el artículo 150, numeral 17 de la Constituci­ón, a cuyo tenor correspon- de al Congreso:

“Conceder, por mayoría de los dos tercios de los votos de los miembros de una y otra cámara y por graves motivos de convenienc­ia pública, amnistías o indultos generales por delitos políticos. En caso de que los favorecido­s fueren eximidos de la responsabi­lidad civil respecto de particular­es, el Estado quedará obligado a las indemnizac­iones a que hubiere lugar”.

Quien se somete acepta de antemano todas las reglas vigentes, y las decisiones judiciales que se puedan adoptar en su caso. No así quien ensaya un juego extorsivo tendiente a condiciona­r su entrega solamente si le dan beneficios o impunidad. Someterse a la justicia es una cosa, y negociar es otra. Seamos precisos en el uso del lenguaje

*Colprensa.

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