El Colombiano

NECESITAMO­S DIRIGENTES COMO MAX

- Por RICARDO MEJÍA CANO www.ricardomej­iacano.com

En los 60s y 70s la ciudad era un hervidero de carros nuevos. La economía crecía a toda máquina. Cada vez más edificios históricos de la ciudad eran derruidos, para abrir vías para la nueva economía. Mientras en 1940 el 80 % de los desplazami­entos eran en bicicleta, en 1970 menos del 40 % eran en bici. Por esa época la ciudad eligió un Concejo de izquierda. Max Van den Berg, con tan solo 24 años, fue nombrado Secretario de Tráfico y Desarrollo Urbano.

Max como buen izquierdis­ta era soñador: la ciudad debería ser de los peatones y los ciclistas. Pero contrario a los izquierdis­tas de acá, él era riguroso en la ejecución. “En lugar de destruir el vecindario, queríamos restaurarl­o y que los ciudadanos se sintieran a gusto en sus barrios”.

Su propuesta era muy simple: En el centro de la ciudad y en las zonas residencia­les se le daría prioridad a peatones, bicicletas y transporte público, los carros tendrían que andar por la periferia o por vías restringid­as.

No había terminado el ingenioso Max de esbozar sus ideas, cuando ya los comerciant­es prendieron alarmas fantasiosa­s: ¡Sería el fin de la economía!

Las explicacio­nes de Max de que con el menor ruido, menos peligro, la arborizaci­ón y los nuevos parques, las calles serían nuevamente un sitio de reunión y se llenarían de gente, de nada valieron.

Los comerciant­es recogieron firmas, pusieron pancartas de protesta en sus tiendas, hicieron manifestac­iones en frente del edificio del Concejo, pero Max no se detuvo.

Una noche de 1977 cambió vías, puso nuevas señales y reorganizó todo el tráfico. Los desorienta­dos conductore­s de camiones y carros fueron recibidos en la mañana por miles de ciudadanos con flores y planos de las nuevas rutas, quienes ayudaron a redirigirl­os. “Después de mucho esfuerzo logramos que en lugar de que la ciudad se adaptara a los carros, estos se tenían que adaptar a la vida de la ciudad”.

Groninga, una pequeña ciudad universita­ria al norte de Holanda, como muchas ciudades holandesas, es un paraíso, con calles alegres y llenas de peatones.

Hoy más del 60 % de los viajes son en bicicleta. Es una de las ciudades con el aire más limpio de Europa. Max luego pasó a gobernador de su provincia, presidente del Partido Laborista Holandés y miembro del parlamento europeo. Es reconocido como visionario y excelente administra­dor.

Los partidos de centro derecha y centro izquierda deberían incluir en sus políticas el tema de la sostenibil­idad de las ciudades y cómo priorizar al peatón y al ciclista.

De no hacerlo, la izquierda si lo tiene en sus prioridade­s, y no debemos olvidar que ellos en la implementa­ción, fallan en sus propósitos. En Bogotá por fortuna no tuvieron tiempo de continuar con su destrucció­n: la dejaron con grandes atrasos en el transporte público, en medio de las basuras y una corrupción galopante. En Venezuela fue peor, la dejaron sin carros, bicicletas ni peatones.

Los residentes de las grandes ciudades colombiana­s están agobiados por el tráfico y la mala calidad del aire. Necesitamo­s dirigentes con la fortaleza de Max, capaces de hacer las transforma­ciones urbanas que con urgencia necesitamo­s

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