LA DECENCIA NO SE IMPONE… SE CULTIVA
Ser padres significa ser adultos lo suficientemente maduros como para enseñarle a los niños a superar digna y decentemente las contrariedades que enfrentarán a lo largo de su vida. Sin embargo, hoy parece que muchos padres viven en función de solucionarle todos sus problemas, asumiendo sus deberes como propios y defendiéndolos de los castigos que se merecen. Así, en lugar de exigirle a los niños que estudien y tengan buenos resultados académicos, muchos padres culpan a los profesores; en lugar de castigar a los hijos por violar las normas del colegio, atacan los reglamentos establecidos; y en lugar de sancionarlos cuando no cumplen sus deberes escolares, reprochan a los maestros por ser demasiado exigentes.
Es imposible lograr que los niños se comporten decentemente cuando los padres responden agresivamente ante cualquier exigencia de los profesores o problema con sus compañeros. Lo cierto del caso es que la mejor forma de que los niños tengan buenos modales es que sus padres les demos un ejemplo impecable de lo que queremos ver en ellos.
Una actitud más apropiada es enseñarle a los niños que, aunque no siempre pueden controlar los resultados, si pueden controlar la forma en que responden. El respeto no se limita a decir gracias o por favor. Ser respetuosos también es no burlarse de los demás tras sus espaldas; es aprender a ganar justamente y a perder humildemente; es tratar a todos —los amables y los no tan afables— en forma cordial y respetuosa.
Como padres debemos evitar el uso las malas palabras o las respuestas groseras que condenamos en los hijos. Si le decimos a nuestro cónyuge que “se calle la boca” o si criticamos al vecino asegurando que “es un idiota”, es muy probable que nuestros hijos usen estas mismas expresiones.
Lo cierto del caso es que la única forma de lograr que los hijos sean personas decentes y amables es exigirles que traten a los demás como quisieran ser tratados por los demás
Es imposible lograr que los niños se comporten decentemente cuando los padres responden agresivamente ante cualquier exigencia de los profesores.