EL ADIÓS DE LA ÚLTIMA LEYENDA DEL CICLISMO DE ESPAÑA
A sus 34 años y tras la exhibición de poderío en la Vuelta a España, muchos aseguran que El Pistolero, como apodan a Alberto Contador, aún tiene cartuchos en sus piernas para seguir lanzando ataques y dando espectáculo en el ciclismo de élite. Pero ayer el español, en medio de los flashes que capturaban su último momento de dicha y orgullo ante el público en Madrid, que le pedía cantando que se quedará un año más en la alta competencia, fue claro. “Desde que era niño tuve tres sueños: ser ciclista, llegar a un Tour y ganarlo. Ahora me doy cuenta que tenía un cuarto, despedirme de esta forma”, dijo Alberto, que colgará la bicicleta luego de 15 temporadas como profesional, en las que conquistó dos Giros (2008 y 2015), dos Tour (2007 y 2009) y tres Vueltas (2008, 2012, 2014). Su lunar, los dos años de sanción por dopaje que le impusieron en 2012, reseña EFE, fruto de algunos nanogramos de clembuterol encontrados en su sangre en el Tour de Francia de 2010, lo que ocasionó que se eliminarán sus títulos de aquella carrera y del Giro 2011. El pedalista siempre negó cualquier práctica ilegal y atribuyó el resultado adverso a la ingesta de carne en mal estado. A su vuelta a la competencia siguió impresionando con su atrevimiento al correr. “La gente recuerda más esta clase de momentos que algunas victorias”, señaló. Ayer, ante su fanaticada, y luego de vencer el sábado en Angliru, su triunfo 68 como pedalista, fue homenajeado por sus resultados y heroismo. “Quiero que me recuerden como alguien que dio el máximo de manera honesta y profesional”.