LAS PRIMERAS CATEQUESIS
El Papa no vino a “dar la bendición con la izquierda”, como algunos mal intencionados pregonaron en ciertos medios masivos, sino a recordar el mensaje que los católicos oyeron en sus primeras catequesis y no deben olvidar: reconciliación e interés por los pobres. La catequesis básica que enseñan desde la infancia. Queda claro que son millones los que en Colombia reconocen el liderazgo de alguien que vino a hablar de amor y reconciliación. La presencia desbocada de la gente en las calles, lo resume todo: son mejores los mensajes de vida, que los de odio y muerte.
En un país carente de líderes morales, alguien de afuera vino a ejercer ese liderazgo por unos días y a demostrar cómo se hace. Es el líder que toda comunidad humana necesita. Alguien con estatura moral capaz de llamar la atención sobre temas cruciales en un país desbocado en la inequidad y la corrupción: el amor al dinero es el inicio de todos los males; deben ser reparados todos los que han sufrido injusticias. Ir donde los más vulnerables, acercarse a los más pobres, encontrarse con las víctimas de la violencia general… es lo que haría alguien que entiende con retrospectiva y en panorámica la raíz de nuestros males.
Muchos se molestan porque el Papa quiso visibilizar a los que la sociedad quiere invisibi- lizar por medio de un sistema moral corrupto, que lacera a los que menos oportunidades tienen. Hacía mucho que no se oía hablar de esa manera a un líder mundial, porque generalmente los líderes hablan en beneficio de pensamientos y sistemas globales, para apoyar la cofradía que se forma entre ellos.
En buena hora el Papa Juan Pablo II, quien vivió las desgracias del sistema comunista, medió para su destrucción ni armada ni violenta. Ojalá la influencia de este Papa latinoamericano, conocedor del sufrimiento de más de la mitad de los habitantes del mundo, causado por la inequidad social, logre destruir el espíritu de ambición desmedida que avasalla a los más desprotegidos y está destruyendo nuestra casa común (la Tierra). Este religioso sí se acuerda de lo que le enseñaron en sus primeras catequesis y está aprovechando su actual posición para llevar el mensaje que el mundo consumista y ambicioso no quiere oír