Letras de sangre y engaño, las de Medellín Negro
El octavo Congreso Literario centra su atención en la paz. Son tres días para reflexionar sobre un género narrativo.
Asesinatos por celos, ambición de dinero o poder, robos, trampas, engaños han sido siempre los temas de la literatura negra. Y en nuestra época, trata de personas, corrupción, violencia contra la mujer.
Los relatos muestran hechos reprochables de la especie a la que estamos afiliados y revelan el fondo de esas acciones, como si pusieran el reflector de manera alterna o simultánea sobre los acontecimientos y el alma de la sociedad.
La VIII edición del Congreso de Literatura Medellín Negro tiene un tema singular: la paz. En los años anteriores, recuerda su director Gustavo Forero, se ha detenido en otros asuntos que han estado en boca de la gente: el control social, las fronteras invisibles, las víctimas.
Ahora el tema es la paz, en dos vías: como ideal individual y acuerdo social. Porque, como explica Gustavo, las investigaciones sobre la guerra y los conflictos apuntan unas a que tienen origen en los individuos y otras a que las causas están en el sistema.
El director del Congreso, profesor e investigador litera- rio, cree que la causa de los conflictos es una simbiosis de ambos. Algunos delitos, como el detrimento patrimonial, es decir, la corrupción, tienen origen en el sistema, pero otros, como la violación o el estupro, en los individuos.
El tema de la paz está inspirado en los procesos que se han adelantado en los últimos meses entre el Estado y grupos guerrilleros. No deja de sorprender este tema, puesto que, a primera vista, se diría que el género negro no se nutre tanto de la paz como de la guerra.
“Creo que es un reto a la reflexión de los autores —dice Gustavo—, que no ven las cosas en blanco y negro”.
Los que vienen
Gustavo Forero no está entre quienes consideran que el género negro era menos cultivado por los escritores colombianos de años atrás y que ahora vivimos un esplendor de esta literatura.
Sostiene que los estudios literarios apuntan a que en tiempos anteriores ha habido abundancia de autores y de obras del género, pero que no gozaban del desarrollo editorial que ahora tenemos. Ni de los medios de comunicación, que generan un ambiente propicio como ahora. Se refiere a que hay copiosas series de televisión y películas de cine dedicadas a explorar el tema.
Gustavo Forero destaca a todos los conferencistas y escritores que estarán de hoy al viernes al certamen académico. Menciona especialmente las charlas del francés Bernard Minier, la uruguaya Mercedes Rosende, el estadounidense William Gordon, y el colombiano Pablo Montoya.
Del francés señala que tie-
ne un tema distinto a los que ocupan las obras en nuestro país: la violencia contra las mujeres. Es autor de Bajo el hielo Roca, El círculo y No apagues la luz.
De la uruguaya sostiene que aporta la visión de los crímenes desde la mujer. Es autora de Demasiados blues, Historias de mujeres feas y La muerte tendrá tus ojos.
Del estadounidense dice que es heredero de Dashiell Hammett, uno de los creadores del género en Estados Unidos tras la crisis financiera. Es autor de Duelo en Chinatown, El enano, Vidas fracturadas, El defectuoso y Los pasillos del poder.
Y del colombiano, encargado de la conferencia inaugural, cree que hace una reflexión de la paz desde la literatura. Montoya es autor del Tríptico de la infamia