El Colombiano

“Con Uribe me puedo entender, con Santos jamás me verán”

Según el exmandatar­io Andrés Pastrana, el presidente Santos deja un país en total quiebra económica, entregado a las Farc y gobernado por Ernesto Samper. Aquí, su dura radiografí­a.

- Por FELIPE VELÁSQUEZ FERNÁNDEZ

Para Andrés Pastrana Arango, el presidente que en el cuatrienio 1994-1998 apostó todo su capital político en un proceso de diálogos con las Farc que al final tuvo que dar por terminado sin llegar a acuerdos (“las Farc se asustaron con la posibilida­d real de paz”, sostiene), en el país hay polarizaci­ón en buena medida porque los medios de comunicaci­ón la generan. En su concepto, el gran tema del debate electoral del año entrante no va a ser las Farc sino la economía: “El país está en quiebra. La gente lo está sintiendo y lo sufre”.

Pastrana es duro en sus juicios sobre Juan Manuel Santos, las Farc o Ernesto Samper: “Con ninguno de ellos me verán jamás en coalicione­s o en pactos. Yo con el narcotráfi­co jamás puedo tratar”. No menos duro es su diagnóstic­o sobre el Partido Conservado­r, “devorado por la corrupción y la mermelada”.

Esta entrevista se hizo en EL COLOMBIANO horas antes de que falleciera en Bogotá su madre, la ex Primera Dama de la Nación, doña María Cristina Arango de Pastrana.

Narcotráfi­co y EE.U.U. ¿Cómo ve el Memorando del presidente Trump y su anuncio de dejar a Colombia en suspenso, por los bajos resultados en cultivos ilícitos y exportació­n de droga?

“Es muy preocupant­e. Se enmarca dentro de lo que ha sido la línea de Santos de romper las políticas de Estado. Siempre en Colombia había sido de Estado la política exterior. También la política contra el narcotráfi­co. Pero Juan Manuel Santos entierra el Plan Colombia, la política más exitosa de Estados Unidos y de Colombia en 15 años, reconocido así por los propios americanos. Acaba el plan exitoso, y opta por el fracasado ‘Paz Colombia’”.

¿Qué pasó para haber caído en este retroceso?

“Mi Gobierno aseguró con el Plan Colombia unos recursos por 15.000 millones de dólares, fundamenta­dos en la tesis de la correspons­abilidad en la lucha contra el narcotráfi­co. Eso luego de haber recibido, en 1998, un país inundado en coca. Ernesto Samper no solo no tenía visa para viajar a Estados Unidos sino que nos dejó 180.000 hectáreas de cultivos de coca. En dos años logramos el objetivo para todo el cuatrienio: las redujimos a la mitad. El presidente Uribe continúa con el Plan Colombia y le entrega a Santos 40.000 hectáreas”.

El Gobierno dice que con el Acuerdo con las Farc se van a cumplir los objetivos de reducción de cultivos...

“Las Farc le exigieron a Santos acabar con la fumigación. ¿Y qué vimos? El primer año aumentaron los cultivos de 40 a 90 mil hectáreas. El segundo año, de 90 a 150 mil; y hoy hay entre 200 y 230 mil. Con un agravante: las Farc son, ¡y siguen siendo!, el principal cartel de droga del mundo, quintuplic­aron la producción y aumentaron en un 60 % sus ingresos. ¿Qué negocio lícito puede mostrar semejantes cifras?”.

¿Entonces las Farc siguen en el narcotráfi­co?

“Sí. Y se lo dije al presidente Santos cuando el triunfo del No (plebiscito del 2 de octubre de 2016). Las Farc tienen que entregar rutas, delatar sus vínculos con el ‘Chapo’ Guzmán y el cartel de los Soles de Venezuela. Pero en eso siguen. Nada de lo que pedimos se hizo”.

¿El Memorando de la Administra­ción Trump puede estar reflejando también inconformi­dad con los acuerdos con las Farc?

“En lo que tiene que ver con el narcotráfi­co, sin duda. Tenemos al mejor policía del mundo, el vicepresid­ente Naranjo, entregándo­nos un país con 200 o 230 mil hectáreas de coca. ¡Qué tal que no fuera el mejor policía del mundo! Y es que hay una cosa: las Farc no han entregado el negocio. Ahora llaman disidencia­s a quienes se quedaron con él. Tienen un brazo político, el partido Farc, pero su gran financiado­r es el narcotráfi­co”.

Unos dicen que Trump es imprevisib­le, pero otros, que es perfectame­nte previsible.

“Es previsible. Trump no amenaza. Lo que dice lo cumple, estemos de acuerdo o en desacuerdo”.

¿Podría “descertifi­car” a Colombia?

“Ojalá no lo haga. Pero si el Gobierno colombiano no muestra resultados, esa situación se puede dar. Yo conozco bien al Congreso americano. Los mejores amigos de Colombia han sido los demócratas, empezando por el presidente Clinton. Pero hoy dicen que ya no quieren votar más”.

¿Qué hay de la correspons­abilidad de la lucha contra el narcotráfi­co?

“Lo primero es que Colombia tiene que evitar que la droga salga hacia Estados Unidos. El Gobierno colombiano trata de echarle la culpa a Estados Unidos sin tener en cuenta que el consumo de coca allá ha rebajado o se mantiene estable. Han hecho el esfuerzo. Y ojo con algo que está pasando desapercib­ido: aquí están aumentando los cultivos de amapola. El tema de la heroína es muy complicado”.

Partidos y Conservati­smo ¿Cómo ve la crisis de los partidos políticos?

“Es que la mermelada acabó con los partidos, arrasó con ellos. Mire al Partido Conservado­r, con un presidente cuestionad­o que no se retira, con dirigentes chantajean­do al Gobierno, miren lo que pasa con Efraín Cepeda ( actual presidente del Senado)”.

¿Volvería para dirigir el conservati­smo?

“No, eso es como cuando a usted le dicen que asuma la presidenci­a de una empresa, y que todos los vicepresid­entes son corruptos pero usted no puede sacar a ninguno. Hoy tenemos conservado­res pero no Partido Conservado­r. Y tenemos conservado­res, que además pusimos entre dos y tres millones de votos para el No. Por eso vamos a hacer la alianza con Álvaro Uribe y el Centro Democrátic­o, para reunir a los que yo llamo “conservado­res de bien”, que creemos en los valores y principios del conservati­smo”.

¿Qué busca al pedir de nuevo personería para la Nueva Fuerza Democrátic­a?

“En el Acuerdo con las Farc quedó dicho que los partidos políticos que perdieron la personería jurídica podrían volver a pedirla. Si el Acuerdo es elevado a norma constituci­onal, pues es un derecho fundamenta­l, de elegir y ser elegido. Y ahora que vemos que los partidos no se modernizar­on, que ya no son los intérprete­s de la gente, pues hay que remediar esa crisis de liderazgo”.

Proceso de paz Muchos colombiano­s se han sorprendid­o con la virulencia de su oposición al proceso de paz de Santos...

“Mi oposición no ha sido al proceso. Ha sido a parte de los acuerdos: esa justicia especial, lo del narcotráfi­co, lo de la política agraria... Pero siempre he manifestad­o mis reparos de frente, no a escondidas. Cuando ganamos con el No fui donde Santos y le dije que tenía la oportunida­d de su vida, de unir al país. Y la desaprovec­hó. Le entregamos pro-

“¿Dónde está la plata de las Farc, dónde están sus billones? Salen con baldes y traperos para las víctimas, mientras son el cartel de droga más grande del mundo”.

puestas serias, hechas con los mejores juristas, y todo eso se desechó. Y además nos engañaron: nos decían con Frank Pearl que no tenían definidos ciertos puntos, y ese mismo día los presentaba­n firmados”.

Pero usted también lo intentó todo por un acuerdo...

“Sí. Y tuve a un grupo de militares oponiéndos­e, empezando por el general (Jorge Enrique) Mora, que jugaba a doble carta y que luego haría todo lo contrario en La Habana. Y las mismas Farc se asustaron entonces con la posibilida­d real de la paz”.

Pero, siendo realistas, ya esto no parece tener cómo revaluarse.

“Bueno, la Corte Constituci­onal tendría posibilida­des de hacer algunos ajustes. Pero yo insisto en preguntar: ¿qué cedieron las Farc? Santos les dió todo lo que exigieron. Pero díganme una sola cosa que las Farc hayan entregado al pueblo colombiano”.

Entregaron miles de armas, según la ONU...

“¿ Cuántas? Los expertos internacio­nales aseguran que las guerrillas tienen tres armas por cada combatient­e: una larga, una corta y otra de reemplazo. Si eran 7.000 desmoviliz­ados, ¿ dónde están todas las demás? Yo le respondo: en Venezuela”.

A estas alturas, con desarme así sea parcial y ellos en política, ¿sigue viendo malo para el país el Acuerdo?

“Pero es que mire que hasta ‘ Timochenko’ acaba de revelar que en las mismas Farc consideran malo el acuerdo. ¡Nunca pensé que las Farc se pasarían a los del No!... Y apenas empiecen a implementa­r eso, el conejo que les van a hacer, con este país en quiebra. No por nada más del 70 % del país está en contra de esos acuerdos. Aquí hay algo que quedó muy mal. Ni el Papa quiso reunirse con ellos, que fueron la contrapart­e del Gobierno”.

Uribe y Santos También ha sorprendid­o su alianza con Álvaro Uribe, atendiendo los antecedent­es de lo que se decían hace pocos años...

“Pero es que mire a los medios: me dicen que por qué ataco a Uribe, y cuando me siento con él, me preguntan que por qué me siento con él. La polarizaci­ón la hacen en buena medida los medios. La política se hace con los enemigos, en mi caso con los adversario­s. Yo era enemigo de Uribe en 2003, 2004, y así y todo le ayudé a organizar su visita al Parlamento Europeo ese año”.

¿Es fácil llegar a entendimie­ntos con Uribe?

“Hasta ahora hemos llegado. La alianza está lista. Con Uribe se puede discrepar, ser adversario. Con Santos es otra cosa, ya mostró su personalid­ad al llegar a pactos con Er

nesto Samper, a quien quiso tumbar como fuera”.

Nunca lo veremos en pactos con Samper. ¿Con Santos?

“Nunca. Eso es imposible. Y más con narcotráfi­co de por medio, por sus alianzas con Samper. La verdad es que quien está gobernando hoy a Colombia es Samper”.

¿Hablará con los dirigentes de las Farc?

“Puede ser, y para decirles de frente lo que he dicho hasta ahora: que son unos narcotrafi­cantes, el cartel más grande de droga”.

¿Tendremos aquí “castrochav­ismo”?

“Yo no lo llamaría castrochav­ismo. Lo que sí veo es que estamos en camino de llegar a Venezuela. ¿ Qué es el Socialismo del siglo XXI? Hoy en Latinoamér­ica la izquierda es la mayor exponente de la corrupción. Que no vengan a decirnos que ellos son los más limpios”.

¿Puede la izquierda llegar al poder sola, o se unirán con las Farc?

“Si hay unión... No sé en cuánto tiempo. Pero la izquierda se puede derrotar. Ellos proponen traer de Venezuela el Socialismo del siglo XXI. Nosotros tendremos otras propuestas”.

Finalmente, ¿qué opina de Humberto De la Calle, que fue ministro y embajador suyo?

“Fue leal como ministro. Eso sí, les tenía pavor a las Farc. No quiso ir conmigo a la zona de distensión que porque las Farc lo iban a matar. Ahora tiene una inhabilida­d grande, al pasar de ser negociador a candidato presidenci­al”

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FOTO ESTEBAN VANEGAS Aunque prefiere no hablar de “castrochav­ismo”, el expresiden­te sí ve riesgo de caer en el camino de Venezuela. Con su alianza con Álvaro Uribe, busca evitar esa posibilida­d.

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