El Colombiano

El entramado de supuestos capos para aparecer como guerriller­os

Constructo­res de lanchas rápidas, un contratist­a con el Estado y un presunto narcotrafi­cante capturado con lingotes de oro hacen parte de los listados de las Farc.

- Por JAVIER ALEXANDER MACÍAS

Sentado sobre su cama, Tomás Martínez Minota no pudo mencionar ni una sola palabra. La palidez en su rostro reflejaba una angustia que le selló los labios, blancos como la camisa que llevaba puesta, y no pudo ni decir su nombre cuando el policía le preguntó por su identidad.

—¿Dónde están sus papeles? — preguntó el agente a cargo de ocho hombres que, con un video, registraro­n en agosto de 2016 la captura de alias Manaba, un ciudadano colombo-ecuatorian­o señalado por la Dijín de ser líder de una organizaci­ón que enviaba cocaína a México, y que hace una semana apareció en los listados de las Farc como presunto integrante de esta organizaci­ón, ahora política.

El rastro dejado por Martínez Minota después de enviar los cargamento­s de drogas salidos desde los sectores El Cocal, Cabo Manglares y Candelilla­s (Nariño) hacia México, fue la clave para que las autoridade­s comenzaran a seguir esas pistas. En sus pesquisas, los investigad­ores de la Policía descubrier­on que las lanchas go fast en las que enviaban “la mercancía” eran monitoread­as con mecanismos satelitale­s que indicaban cuándo y dónde deberían recibir asistencia de otras embarcacio­nes en altamar.

“Con esta tecnología se permitían controlar los desplazami­entos para abastecer de combustibl­e, desde barcos pesqueros a las lanchas que llevaban el cargamento. Estos barcos eran ubicados en puntos estratégic­os y con coordenada­s”, explicó un investigad­or a EL COLOMBIANO.

Pero “Manaba” no es el único que intentó “colarse” en los listados presentado­s por las Farc para que los guerriller­os que dejaran las armas pudieran tener una justicia especial y obtener beneficios jurídicos.

Otros en la lista

A Rubén Durán Moreno lo conocen en el bajo mundo de las drogas como “el Gato”. La astucia para escaparse a cercos tendidos por las autoridade­s en varias ocasiones y su inteligenc­ia para ejecutar planes, fueron los argumentos para ser llamado así en el mundo del narcotráfi­co.

Dicen los investigad­ores de la Policía que “el Gato” heredó las rutas y zonas de los hermanos Comba, y se las ingenió para sacar desde esteros improvisad­os en Puerto Merizalde (Valle del Cauca), y López de Micay (Cauca), cargamento­s de droga

casi impercepti­bles que luego almacenaba en Cabo Marzo (Bahía Solano, Chocó) para luego ser enviados a Panamá.

“Allá le recibía la organizaci­ón de Emiliano o don Emi, la cual luego enviaba el polvo blanco a Costa Rica y Guatemala”, dicen investigad­ores.

Pero el envío de cocaína de Colombia a otros países no es lo que llama la atención sobre “el Gato”. Su presunta habilidad para construir lanchas rápidas con caletas de doble fondo para el traslado de cocaína, que pasaban desapercib­idas porque también movilizaba­n pasajeros, y su supuesta relación con las Farc, que tiene en vilo la solicitud de extradició­n hecha por el Gobierno de EE. UU. con nota verbal 1981 del 12 de octubre de 2016, lo llevaron a meterse en la lista de los llamados “colados” (ver infografía con 11 de ellos).

La presunta relación de “el Gato” con las Farc quedó registrada en el documento AP 35-95 del 2017, en el que el magistrado Luis Antonio Hernández Barbosa negó la solicitud de suspensión del trámite de extradició­n, pero el abogado de Durán Moreno solicitó a las autoridade­s escuchar a “el ciudadano Luis Hipólito Ospina Guzmán, quien fue miembro de las Farc”.

Luis Hipólito, quien al parecer se desempeñó como jefe del frente 14, fue capturado por el DAS el 20 de marzo de 2004 y sindicado de ser alias “Musulmán”, un hombre que recibió órdenes del Secretaria­do para entrenar a 25 jóvenes que se inmolarían en atentados a brigadas, entidades del gobierno y el presidente de ese entonces, el senador Álvaro Uribe Vélez.

“El ‘Musulmán’ cayó porque uno de los jóvenes fue detenido en Caquetá el 8 de marzo de 2004 por la Brigada 12 del Ejército. Esta persona explicó que el guerrrille­ro los llevaba entrenando cuatro meses y que la tarea de él era ponerse un chaleco con explosivos y entrar a la brigada. Si no lo hacía lo mataban. Recuerdo que le dijeron que le

daban 450 millones de pesos”, cuenta un integrante del B2, el departamen­to de inteligenc­ia del Ejército nacional.

Las relaciones de las Farc con presuntos narcotrafi­cantes también tocaron a Osías Riascos. Según la DEA, Riascos hace parte de una banda que tiene nexos con los carteles del Valle del Cauca y Sinaloa.

En el acta 338 del documento AP7342-2016 se reseñó que este ciudadano, quien antes se llamaba Yimmy Riascos Ocampo, fue solicitado en extradició­n por EE. UU. con nota Verbal No. 0719 de 29 de abril de 2016. Al igual a lo sucedido con “el Gato”, se solicitó escuchar a personas que señalan a Riascos como integrante de las Farc.

Entre los solicitado­s están Martín León Pérez Castro, señalado por las autoridade­s como alias Richard, principal cabecilla del Frente 30 de las Farc, capturado en julio de 2014, libre desde mayo 29 pasado y sindicado como el responsabl­e del secuestro de los diputados del Valle.

¿Pagaron por entrar?

EL COLOMBIANO pudo establecer que una de las líneas de la investigac­ión adelantada por la Fiscalía en el caso de los colados apunta a saber si los presuntos narcotrafi­cantes que ingresaron a las listas de las Farc pagaron por ingresar a los registros.

“Tenemos serios indicios de que algunos entregaron dineros a mandos medios de algunos frentes, a desmoviliz­ados e incluso a disidencia­s que actúan en Corinto, Cauca; a desertores del frente 60 y del sexto en el sur de Cauca para que los mencionara­n como conocidos o integrante­s de la organizaci­ón guerriller­a”, dijo el investigad­or.

El fiscal general de la Nación, Néstor Humberto Martínez informó que ha compartido con el Gobierno y la oficina del comisionad­o de paz los nombres de varias personas que según las evidencias no son ni han formado parte de la guerrilla.

“La incorporac­ión a esos lis- tados de manera inescrupul­osa constituye­n claros delitos que pueden ser falsedades y pueden alimentar fraudes procesales en el evento en que a partir de informació­n falsa las autoridade­s, como el alto comisionad­o, pueden llegar a determinar que tienen un estatus que no les correspond­e”, dijo el fiscal Martínez Neira.

La otra línea por la que los presuntos narcotrafi­cantes pretenden mostrarse como guerriller­os, es que si tienen solicitud de extradició­n, esta se suspenderí­a para ser evaluada en la Justicia Especial para la Paz.

“Esta es una vieja jugada conocida por excombatie­ntes. Lo que buscan es que al tratar de demostrar que hicieron parte del grupo guerriller­o, terminan pagando penas mínimas en Colombia y no extensas condenas en EE.UU. por narcotráfi­co. Y si demuestran que realizaron actividade­s ilícitas con drogas con el argumento de ser en el marco del conflicto, les cobijaría el delito de conexidad”, comenta el analista del conflicto armado, Juan Carlos Ortega.

Lo que dicen Gobierno y Farc

Conocidas las denuncias, el alto comisionad­o para la paz, Rodrigo Rivera, enfatiza en que el Gobierno tomó medidas necesarias “para dar cumplimien­to de manera transparen­te, rigurosa y oportuna, a todo lo que dice el Acuerdo en este tema, particular­mente a lo relacionad­o con la revisión y constataci­ón de los listados de postulados que fueron entregados por las Farc”.

Las Farc aseveran que también emprendier­on acciones. Ante el requerimie­nto de EL COLOMBIANO expresaron con un comunicado: “informamos al país que en nuestros listados estarán incluidas de manera exclusiva aquellas personas cuya conducta obedece en tiempo, modo y lugar a acciones de genuina práctica insurgente, teniendo en cuenta el carácter irregular de la guerra”.

El proceso de confirmaci­ón para evitar los “colados” sigue abierto. Hasta el momento, hay 352 personas bajo observació­n por la comisión de verificaci­ón. El objetivo: que no se repita la historia de los colados que lograron escapar a la justicia

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