Nuestro cine no se multiplicó como las crispetas
Frente a 2016, los espectadores de películas colombianas son menos. ¿Qué está pasando?
Acasi cuatro meses de terminar el año, parece que el cine colombiano no tendrá la misma actuación de 2016. Para el primer semestre sumaba 2.127.634 espectadores de filmes nacionales, mientras que en el mismo tiempo de 2017 la cifra fue de 2.014.545.
Una diferencia de público de 113.089, que no es abismal, pero pellizca a la industria. ¿Menos películas estrenadas o tal vez se está desgastando la fórmula del humor?
¿Qué sucede?
Para Adelfa Martínez, directora de la Dirección de Cinematografía del Ministerio de Cultura, la causa de la disminución tiene que ver con el éxito de varias películas de 2016 como Usted no sabe quién soy yo (637.903 espectadores), Polvo Carnavalero (109.664) y Malcriados (138.780).
“Además, se estrenaron dos más en el primer semestre de 2016 que en 2017. Es apresurado decir que este año el ingreso al cine nacional será más bajo, porque todavía faltan producciones a las que le apostamos”, indica.
Otra opinión tiene el director de cine Harold Trompetero, quien está en dos orillas. Su película Los Oriyinales, estrenada en enero, obtuvo 94.381 asistentes, lo que la tiene como la segunda más vista este año, pero al mismo tiempo estrenó Perros en marzo, pero su regreso al drama solo recibió en salas a 2.212 personas, según datos de Cadbox y Cine Colombia.
“Siento que este año el público ha estado reacio a las producciones nacionales. Los números no han sido alentadores. Películas como Perros tienen salidas más difíciles por la prevención del público, mientras que la fórmula del humor fácil se está agotando y la gente ya no está sintiéndose atraída”.
La situación es parte de la búsqueda del cine local por esas historias que llaman la atención, como lo cree Trompetero. Es tal vez una reubicación de las producciones para atraer fanáticos.
Estrategias de difusión
Para la coordinadora general de la Cinemateca Municipal de Medellín, Maderley Ceballos, los documentales han tenido aceptación en 2017, como pasó con el Silencio de los fusiles que llevó al cine a 14.066 indivi- duos, o Amazona, con sus 24.890 y contando.
Sin embargo, falta entender la importancia de comprar una boleta para ver cine nacional y que los realizadores y productores piensen en estrategias diferentes para la difusión.
“Un ejemplo son las realizadas por Jericó: el infinito vuelo de los días, que fue a instituciones educativas y grupos de mujeres a buscar su público, igual que Gente de bien, que llegó a los colegios. Tácticas más directas que se conviertan en un voz a voz que acompañe los medios tradicionales”, dice Maderley.
Todavía hay tiempo para que las cintas que vienen llamen a los colombianos a las salas. También para preguntarse qué vemos en la pantalla grande