Mujeres y etnias quieren destacar en la JEP
Por primera vez los pueblos afro e indígenas podrían verse representados en un alto tribunal, tienen las credenciales.
El intento del Comité de Escogencia de la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP, de dar cumplimiento con los enfoques de género y étnico da pie a una discusión: ¿por qué hasta ahora la participación de afrodescendientes, indígenas y mujeres en las altas cortes ha sido tan tímida?
Solo un afrocolombiano sobresalió en el pasado como magistrado encargado en la Corte Constitucional: Alexei Julio Estrada. De resto, las etnias han brillado por su ausencia. Y de los indígenas ni se diga, ni siquiera han sido ternados para ser seleccionados. Algunas mujeres en cambio han tenido participación, incluso presidido las Cortes, pero en número no alcanzan a cumplir la ley de cuotas.
La historia en el nuevo sistema de justicia transicional parece que será diferente. El fin de semana pasados el Comité de Escogencia presentó los listados de preseleccionados para el Tribunal de Paz y las Salas de Justicia de la JEP, en ellos las mujeres tienen protagonismo y aparecen, además, varios representantes de etnias (ver gráfico).
El Grupo de Trabajo GPaz: Género en la Paz revisó las hojas de vida de todas las mujeres postuladas a la JEP y encontró que por lo menos 100 tenían interesantes credenciales para optar para la magistratura. Después de las observaciones ciudadanas, el Comité de Escogencia eligió 36 mujeres y seleccionó 32 hombres.
¿Por qué estos enfoques?
Claudia Vaca, presidente del Comité de Escogencia, dijo en días pasados a EL COLOMBIANO que a la selección de los magistrados se le tiene que “aplicar de manera objetiva unos criterios que permitan cumplir con los mandatos que tiene el Acuerdo en términos de representación de género, territorial y étnica”.
Al respecto, Xiomara Ba- lanta, candidata preseleccionada para las Salas de Justicia, aseguró que “las mujeres tenemos esa sensibilidad que nos va a permitir poder tomar decisiones frente a los temas de género”.
Precisamente a esa sensibilidad se refirió Isabel Cristina Jaramillo, profesora de Derecho de la U. de los Andes y coordinadora del Grupo de Investigación de Género y Derecho: “En el caso del conflicto colombiano, en el que tenemos muchos casos de violencia sexual y reproductiva, que han sido reconocidos en el mismo acuerdo, sería clave tener mujeres capacitadas para entender bien esos temas”.
Algunas magistradas en el mundo han sido ejemplo de lo que pueden alcanzar las mujeres al constituir los tribunales de la justicia transicional (ver paréntesis), pero el caso étnico es prácticamente inédito, sobre todo en una nación como Colombia donde las etnias son consideradas minorías. “Una justicia estable y duradera solo puede ser posible sobre la base del respeto por los pueblos étnicos y sus comunidades”, señaló Balanta, quien además es afrodescendiente.
Según su explicación, el Acuerdo Final en el Capítulo 6.2 reconoce la injusticia que han sufrido estas comunidades étnicas, por lo que “las poblaciones afrodescendientes, raizales, indígenas, palenqueras, los pueblos rom y gitanos hagamos presencia en la JEP es una garantía de la multiculturalidad y el respeto por el derecho propio que debe haber en la aplicación de la justicia para las víctimas”.
La Organización Nacional Indígena de Colombia, Onic, dijo más tímidamente que espera ver juristas indígenas en el Tribunal de Paz, por lo que sigue a la expectativa de su selección.
Es así como la participación de las mujeres y de los diferentes pueblos es una garantía para las víctimas porque serán fielmente representa- das, ya que, según el Registro Único de Víctimas, en Colombia hay 8,5 millones de afectados por el conflicto armado, de ellos, 4 millones son mujeres, 748.421 son afrodescen- dientes, 193.544 son indígenas, 29.625 gitanos, 9.816 raizales y 1.465 palenqueros.
Si estos juristas fueron seleccionados es porque ya han pasado por dos filtros impor-
tantes: el perfil académico y de experiencia y las observaciones ciudadanas, lo que dice que tienen las credenciales para estar en la Justicia Especial para la Paz