“La economía mundial y el comercio internacional continúan evidenciando signos de una recuperación. Esta se caracteriza por el ímpetu sincronizado. Se deben profundizar las reformas y los lazos comerciales”.
La economía mundial y el comercio internacional continúan evidenciando signos de una recuperación. Esta se caracteriza por el ímpetu sincronizado. Se deben profundizar las reformas y los lazos comerciales.
Luego de que, durante los últimos años, la economía mundial presentara un crecimiento lento y vacilante, los pronósticos de las principales entidades multilaterales reconocen un cambio de tendencia que, día a día, mejora.
En particular, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) publicó las nuevas previsiones económicas mundiales para los años 2017 y 2018.
Según la Ocde, “la economía mundial ha recobrado su ímpetu”. Esto hace posible establecer que el ritmo de expansión de la economía global sea, en 2017, más rápido que el registrado en 2016. Para 2018 se espera un nuevo repunte del crecimiento.
No obstante, la Organización no se muestra satisfecha con el tipo de crecimiento que se viene dando. En particular, se señala que “aún no se logra un crecimiento sólido, sostenible e incluyente a mediano plazo”.
Un aspecto importante que se destaca en el informe es que el crecimiento mundial responde a “un ímpetu sincronizado” a nivel global.
La apreciación de un movimiento sincronizado entre las diversas economías del mundo coincide con la percepción que, con respecto al comercio mundial, tiene la Organización Mundial del Comercio (OMC) sobre el repunte que, según la Organización, presenta, en 2017, el intercambio planetario.
En concreto, la OMC señala, en un informe reciente, que “el crecimiento del comercio está ahora más sincronizado entre las distintas regiones de lo que ha estado en muchos años”.
La importancia que el crecimiento sincronizado tiene de cara a la recuperación de la economía (y del comercio) global lo enfatiza la OMC cuando indica que este “podría hacer que la expansión actual se alimente de su propio impulso”. Ello aumenta la posibilidad de que sea sostenible.
En sus proyecciones, la Ocde estima que “la economía mundial crecerá un 3,5 por ciento este año y 3,7 por ciento en 2018”.
Aunque las mejoras son pequeñas, lo importante es que en diversos países (como Estados Unidos, Canadá, China y Japón) y regiones (como la eurozona y las economías emergentes) se tienen previsiones más optimistas.
Según la Ocde, el crecimiento de las principales economías avanzadas mantiene su ritmo, destacándose los avances en Estados Unidos, Alemania y Francia.
Por su parte, el crecimiento de las principales economías emergentes (como China, India, Rusia y Brasil) presenta mejoras que ayudan a la recuperación global.
De otra parte, la OMC prevé que, en 2017, el crecimiento del comercio mundial de mercancías será del 3,6 por ciento. Esto implica una revisión al alza respecto a la anterior estimación que era del 2,4 por ciento.
La nueva previsión se ubica muy por encima del crecimiento del 1,3 por ciento registrado el año pasado.
Según la OMC, el destacable repunte del comercio global responde, principalmente, a la recuperación de la demanda de importaciones en América del Norte y a la aceleración de las corrientes comerciales en Asia.
Gracias a lo anterior, “los pedidos de exportaciones han aumentado”. Este hecho hace más probable que el empuje del comercio global se mantenga durante el segundo semestre de 2017.
Con el propósito de que “la recuperación produzca beneficios para todos”, la Ocde les recomienda a los diferentes gobiernos acelerar la concreción de las reformas estructurales.
Por su parte, la OMC insiste en la necesidad de que se detengan los llamados al proteccionismo y más bien se ahonden los lazos comerciales entre las diferentes naciones pertenecientes al sistema multilateral