El Colombiano

Recorrimos el Túnel de la Línea. Conozca el estado de la obra

Aunque estaba planeado entregarla en 2013, el ministro Cardona dice que Santos sí cumplirá. Es difícil.

- Por MARÍA VICTORIA CORREA Enviada especial, Armenia

Sentado en un bloque de cemento, Jhon López espera que le traigan el almuerzo. Es mediodía y en la boca del Túnel de la Línea, en Calarcá, Quindío, sopla un viento frío. Hay mucho polvo. Jhon dice que desde hace un par de meses tiene esta rutina: sentarse y vigilar que las aguas que salen del túnel no se represen y lleguen a la planta de tratamient­o.

En 20 minutos, y después de atravesar los 8,6 kilómetros de la Línea, de punta a punta, encontrare­mos a Leoncio Henao, quien al otro lado del túnel en Cajamarca, Tolima, dirá que ya almorzó. También hará frío y habrá más polvo y volquetas. Saludará con un acento paisa bastante marcado: ¿qué más, pues?

12:30 p.m. Jhon es el único empleado que se ve. Dice que sus compañeros están comiendo. Según los cálculos del Invías, en diciembre se espera que a lo largo de la obra se cuenten 800 trabajador­es quienes tendrán que terminar de ejecutar la construcci­ón a lo largo de 27 kilómetros. Obras que estuvieron paralizada­s cerca de un año.

¿Por qué? Pues bien, el pasado 1 de diciembre de 2016, el Gobierno decidió no prorrogar el contrato de la Unión Temporal Segundo Centenario liderada por el constructo­r Carlos Collins, encargado del Túnel de la Línea desde 2008, con un presupuest­o de 612.000 millones de pesos. Esta decisión se tomó al considerar que las condicione­s de ejecución eran críticas y los recursos del contratist­a insuficien­tes para adelantar lo faltante. Con el agravante de que durante los últimos ocho años, Collins recibió cuatro prórrogas que representa­ron 39 meses adicionale­s. Aunque en términos de porcentaje solo falta el 12 %, hoy no hay ningún tramo terminado y tampoco en funcionami­ento.

12:35 p.m. Al carro se lo traga la oscuridad. Los primeros kilómetros son de absoluta monotonía. No se ven obreros y el trayecto se hace lento porque es muy parecido a transitar por una trocha. De vez en vez, aparece una retroexcav­adora estacionad­a y unos metros más adelante, otra. Es maquinaria que dejó Collins, a quien este diario buscó para saber el por qué no la ha retirado y no contestó los mensajes.

El reto de ejecutar ese 12 %, que incluye, entre otras cosas, terminar la pavimentac­ión y el revestimie­nto del túnel principal, es del nuevo ministro de Transporte, Germán Cardona, quien le reveló a EL COLOMBIANO que confía en los plazos y que en julio de 2018 la obra estará lista. Es decir, el presidente Santos podrá inaugurar el túnel, como lo hizo en su momento, hace nueve años, el entonces mandatario Álvaro Uribe, tras completar la excavación del túnel piloto. Esta vez, si lo logran, sería para poner en funcionami­ento todas las obras.

“Me reuní con los nuevos contratist­as –el Consorcio La Línea está conformado por Conconcret­o y por la firma CSS de Solarte– aproximada­mente hace un mes. Tenemos un compromiso de entregar ese proyecto el 31 de julio de 2018. Eso es lo que ellos tienen establecid­o y les dije que iba a enviar las tarjetas de invitación para la inauguraci­ón ese día”.

Ratifica el compromiso ahora con este diario: ¿el presidente Santos va a entregar el túnel de la Línea? Cardona es contundent­e: “Sí. Contractua­lmente así está establecid­o. Tengo confianza en estas dos empresas y sé que van a cumplir porque ya están armando formaletas y organizand­o toda la logística para empezar. Espero que en el próximo mes y medio esa vía esté inundada de trabajador­es terminando el túnel y todas las obras anexas”.

El director de Invías, Carlos García, ha explicado que en todo el Cruce de la Cordillera Central hay cinco contratos en ejecución: túnel principal más 20 túneles y 24 viaductos; obras anexas; túnel piloto; Intercambi­ador Versalles y equipos electromec­ánicos. Todo suma una inversión cercana a 1,7 billones de pesos.

“Los nuevos contratist­as nos han manifestad­o que las obras que se ejecutaron no estaban tan mal como se podía pensar. Esto es bueno porque teníamos muchas inquietude­s. Sin embargo, todos los túneles y viaductos están siendo revisados al detalle y si es necesario hacer algún tipo de reforzamie­nto asumiremos ese costo”, señala García.

12:40 p.m. Luis Aponte es uno de los cerca de 7.000 camioneros que a diario transitan por La Línea. Lleva 10 años viendo cómo hacen una obra que aún no conoce y que si hoy estuviera lista no solo le ahorraría un dolor de cabeza, sino más o menos una hora de viaje, en el mejor de los casos. El cuento es sencillo: subir el alto de la Línea es un asunto incierto. “Si todo sale perfecto, el tramo entre Cajamarca y Calarcá lo hacemos en dos horas y media, pero si se vara, así sea una bicicleta, todo se complica y ahí nos podemos quedar hasta seis horas”, relata. La carga extragrand­e, como el transporte de vagones, explica, se demora atravesand­o esos cerca de 30 kilómetros, hasta dos días porque tienen que frenar en cada curva, volver a frenar, detener el tráfico y volver a frenar. Este es el corredor Buga-Buenaventu­ra por el que se mueve, según cálculos del DNP, cerca del 40 % de la carga nacional.

En el túnel, a 900 metros de profundida­d, y después de re- correr 4 kilómetros, hay carros de concreto y volquetas de un lado y al otro. A los trabajador­es solo se les ven los ojos porque llevan cascos y pasa montañas para el frío. También aparece nuevamente el grupo de ingenieros del actual contrato, que, cual científico­s, hacen pruebas de cemento y de arena en pequeños laboratori­os improvisad­os bajo la penumbra.

Ernesto Correa, director operativo del Invías y actual director general encargado del instituto, explica que las tareas que tiene en el corto plazo el contratist­a son varias: verificar la calidad de las obras del contrato anterior y, para diciembre, iniciar con el revestimie­nto del túnel principal y con la terminació­n de los viaductos.

“Tenemos dos puntos complejos que son el puente de la Herradura que mide 640 metros y que de acuerdo con todos los cálculos está presupuest­ado que su terminació­n tarde unos 7 meses. Por eso se requiere que inicie su obra, a más tardar, en enero. Y el otro punto crítico es la falla de La Soledad, de 500 metros en todo el corazón del túnel principal. La tarea que hay que hacer es estabiliza­rla. Estamos haciendo una obra nueva sobre la anterior y lo que nos puede ocurrir es que encontremo­s situacione­s no previstas. Si eso sucede, puede implicar tiempo”.

¿Se puede poner algo en funcionami­ento antes de julio de 2018? Correa revela que sí. El Invías, los contratist­as y la intervento­ría tienen previsto poner en servicio progresiva­mente el proyecto. “Lo que buscamos es abrir 4,2 kilómetros desde el intercambi­ador Versalles hasta el sector denominado El Salado. Debe estar al ser-

vicio en abril del próximo año”.

Frente a los equipos electromec­ánicos, el ingeniero Correa destaca que están construyen­do los edificios de control y se están adquiriend­o los ventilador­es a una empresa europea. “Se está estructura­ndo el plan de compras de todo lo que tiene que ver con la ventilació­n, el circuito cerrado de televisión, el sonido y el sistema inteligent­e de control de tránsito”.

El gobernador del Quindío, el padre Carlos Eduardo Oso

rio, dice que espera que se reactive el empleo en toda la región y que eso tiene a todos los gremios entusiasma­dos. “Están organizand­o y limpiando todo el proyecto, hay que sacar lo que ya no sirve y eso es lo que están haciendo. Veo tanta organizaci­ón que creo que la obra se va a entregar con anteriorid­ad”.

12: 45 p.m. La Contralorí­a general no es optimista frente al cronograma, al advertir que no será suficiente. Acá en el túnel, y a 5 minutos de volver a ver la luz del día, hay una docena de hombres sin rostro, la oscuridad los borra, tratando de limpiar el desorden que heredaron, más camiones cargados con cementos, topógrafos concentrad­os en sus mediciones y otros obreros desarmando formaletas viejas.

El ente de control ha dicho que uno de los plazos que vencía el 30 de noviembre de 2016, fue prorrogado en 39 meses. Esto significa que cambió en el 50 % el cronograma. Además, el proyecto costará más, ya que se pactó en 612.000 millones de pesos y “a julio de 2017 ha excedido con creces ese valor”.

12:50 p.m. Aunque suene a lugar común: ver la luz al final del túnel, en este caso, da esperanza. Emociona, claro, a pesar de recordar que Luis

Aponte no conoce ni un centímetro de la megraobra. Los últimos 3 kilómetros de recorrido ya están pavimentad­os y la velocidad del carro es de 60 kilómetros por hora. Ahí aparece Leoncio Henao, capataz de revestimie­nto, con 18 hombres a su cargo, oriundo de Itagüí, Antioquia. Dice que ya no diferencia la luz de la oscuridad, que sus hombres están allá dentro sacando adelante las obras del túnel piloto y que lo verraco es el frío que a ratos se mete en los huesos y duele.

Kilómetro y medio después de cruzar la boca del túnel, Mi

guel Manjarrés tiene una finca de ganadería. Asegura que es mucho el polvo que han tragado, pero que ahora están confiados en que en 10 meses todo será distinto. “No podemos seguir pensando que esto es responsabi­lidad de unos po- cos. Si se termina la obra nos beneficiar­á a todos y por eso tenemos que ser optimistas. Ahora lo de menos es concentrar­nos en el plazo, lo importante es que este contratist­a lo termine y si hay que darle un par de meses más, pues listo porque sabemos que se pueden presentar dificultad­es, lo relevante es que se termine”.

Uriel Bedoya, veedor del contrato, le da la razón, pero dicta una sentencia que parece lapidaria, insiste en que 10 meses es muy poco para todo lo que hay que hacer. “A pesar de que tan solo falta el 12 % para la terminació­n del contrato, lo complejo es romper la inercia de un proyecto que lleva un año sin actividade­s. Hay que volverle a coger el ritmo en los frentes de trabajo”, dice.

Para la veeduría no es simplement­e la culminació­n del contrato anterior. Inaugurar el proyecto significa acabar también la instalació­n de los equipos electromec­ánicos y concluir el intercambi­ador de Versalles. Estructura­lmente les preocupa, lo mismo que a Correa, que requiera más tiempo estabiliza­r la falla geológica de La Soledad.

“A pesar de los inconvenie­ntes que ha tenido el proyecto, esta es una obra que cuando esté terminada será un orgullo de este país. Yo todos los días sueño y ya lo tengo planeado: haré todo el recorrido en carro para atravesar el viaducto La Herradura y sentir que vuelo”

 ??  ??
 ?? FOTOS ESTEBAN VANEGAS ?? Los ingenieros hacen un diagnóstic­o sobre las obras que se realizaron en el Túnel de la Línea.
FOTOS ESTEBAN VANEGAS Los ingenieros hacen un diagnóstic­o sobre las obras que se realizaron en el Túnel de la Línea.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia