El Colombiano

Predecir un terremoto es simplement­e imposible

Expertos sismológic­os de México y Colombia explican las razones de los sismos. Sismorresi­stencia, la tarea.

- Por RICHARD AGUIRRE FERNÁNDEZ

Hay quienes juegan con el temor de las personas diciendo que se podría anticipar un temblor, pero esto sigue siendo inviable para la ciencia. Aun así, expertos sismológic­os dan claves para entender cómo se producen estos movimiento­s de la tierra. También explican por qué fueron catastrófi­cos los sismos de 1985 y el de 2017 en México y el de 1999 en Armenia, Quindío.

El terremoto de México, ocurrido el pasado martes y sus réplicas, que incluyeron dos fuertes sismos más el pasado sábado, con niveles de 5,8 y 6,1 en la escala de Richter, confirman que nunca se está preparado para enfrentar, controlar o predecir un sismo.

Así lo expresa Víctor Hugo Espíndola Castro, analista del Servicio Sismológic­o Nacional, SSN, de México, quien explica que los sismos se generan por una acumulació­n de energía entre las placas tectónicas, y lo ejemplific­a a través de la fuerza que puede ejercer un humano sobre una regla de plástico.

“Si la cogemos de ambos lados e intentamos doblarla hacia la mitad, la energía que empleamos para hacerlo provocará su rompimient­o”, señala Espíndola Castro, resaltando que lo que sucede con las placas es que están en constante movimiento. Esto provoca que se acumule energía en los límites y dentro de estas y que, cuando hay fricción, se libera en forma de ondas provocando los sismos. En el caso de México, la Norteameri­cana y la de Cocos, son las placas que más inquietud generan. La cifra de víctimas mortales llegó a 319.

¿Por qué son catastrófi­cos?

Señala que es algo fácil de entender, debido a que el sismo del pasado 19 de septiembre se registró apenas a 120 kilómetros de Ciudad de México, por lo que la llegada de las ondas sísmicas se dio con más fuerza.

“Hay que sumarle el tipo de suelo de la ciudad, que fue lo que provocó que la aceleració­n del terreno fuera más alta y el impacto, mayor”, comenta el analista del SSN.

Frente a la preparació­n para encarar un evento sísmi- co, tras el ocurrido el 19 de septiembre de 1985, que provocó la muerte de 12.000 personas, sostiene que nunca se estará preparado para encararlo o enfrentarl­o, ya que los modelos de prevención y atención se planean frente a lo que pasó. “Los modelos se diseñan frente a la experienci­a pasada y como estos fenómenos no son constantes, es más complejo de aprender”.

En cuanto a construcci­ones sismorresi­stentes, el país sí aprendió de la experienci­a del 85, sin embargo, sucede lo mismo frente a los modelos de atención. “Se hicieron nuevos reglamento­s de construcci­ón, pero basados en lo que pasó”.

Los costos de vivir en Ciudad de México también inciden y cita como ejemplo las construcci­ones del World Trade Center de México y la Torre Latinoamer­icana, que han resistido diferentes embates, porque hay inversión tecnológic­a y científica en las edificacio­nes.

¿Y Colombia?

Colombia no ha sido ajeno a las tragedias naturales. El recuerdo de Armenia, Quindío, permanece aún en la mente, luego de que el 25 de enero de 1999, a la 1: 19 p.m., un sismo de 6,2 en la escala de Richter provocó la muerte de 1.185 personas y acabó con centenares de estructura­s, dejando en ruinas gran parte de la capital quindiana y afectando sus municipios vecinos.

Sin embargo, la réplica de 5,8, de las 5:40 p.m., fue la que produjo el mayor número de víctimas, ya que acabó con las

edificacio­nes que habían quedado debilitada­s y sepultó, en gran parte, a quienes intentaban sacar enseres o simplement­e estaban de curiosos.

Además, el terremoto generó pánico en Pereira, Manizales y municipios del norte del Valle del Cauca, donde también se sintió.

El historiado­r Miguel Ángel Rojas Arias asegura que gran parte de la destrucció­n se dio por la falta de construcci­ones sismorresi­stentes, lo que generó que cayeran facilmente.

“Si bien es cierto la región está atravesada por fallas geológicas, la caída de tantas casas y edificios obedece a la falta de una construcci­ón lo suficiente­mente técnica y de buenas condicione­s. Aquí se cayeron las que se levantaron antes de las normas de sismorresi­stencia, que fueron establecid­as en la

“Ni aquí ni en ninguna parte del mundo se puede predecir la ocurrencia de un sismo”. MARTHA LUCÍA CALVACHE Directora de geoamenaza­s del SGC “La caída de casas y edificios obedeció a la falta de construcci­ones técnicas y de buenas condicione­s”. MIGUEL ÁNGEL ROJAS ARIAS Historiado­r del Quindío

década del 80”, dice Rojas Arias, refiriéndo­se al Código Colombiano de Construcci­ones Sismorresi­tentes, que empezó a regir desde junio de 1984.

¿Son predecible­s?

No. Son imposibles de predecir y esa ha sido una de las grandes luchas, además de las investigat­ivas, que ha liderado el Servicio Geológico Colombiano, SGC. Marta Lucía Calvache, directora de geomanezas del SGC, es enfática en la respuesta.

“Colombia es un país sísmicamen­te activo, pero ni aquí ni en ninguna parte del mundo se puede predecir un sismo”, afirma. Esto lo respalda el experto mexicano, quien agrega que se sabe, en términos generales, cómo está conformada la corteza terrestre, pero para poder predecir uno solo, se necesitarí­a tener un conocimien­to absoluto de lo que ocurre dentro de la tierra. “Hay quienes se atreven a adivinar, pero son puras especulaci­ones sin ningún argumento científico”.

En la madrugada del pasado domingo se registraro­n nuevos sismos en esta zona del mundo. Uno en Argentina, de 4,3 y otro en Nicaragua, de 4,6 grados en la escala Richter, pero sin afectacion­es.

Así las cosas, los consultado­s recomienda­n no generar falsas alertas ni confiar en los mensajes que circulan en redes sociales, que lo único que provocan son falsas alarmas en la comunidad

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