El Colombiano

Multas a carteles pasa de $1 billón

Desde 2012 la SIC ha impuesto multas por más de $1 billón por prácticas restrictiv­as de la competenci­a. Sanciones morales y económicas pesan.

- Por GERMÁN JIMÉNEZ MORALES

Para construir un municipio alcanzaría­n las sanciones económicas impuestas por la Superinten­dencia de Industria y Comercio a empresas que hicieron “pactos” para manipular precios de bienes y servicios.

En el lenguaje del ciudadano común y corriente se trata de alianzas de “cuello blanco”. En el sofisticad­o mundo del Derecho se habla de “prácticas restrictiv­as de la competenci­a”. Pero es lo mismo: hombres de empresa que se ponen de acuerdo para manipular precios de los bienes y servicios que prestan y para repartirse el mercado a convenienc­ia. Desde 2012, a los sorprendid­os en esas maniobras las autoridade­s les han impuesto multas que superan el billón de pesos.

El valor preciso de las sanciones es 1.099.703.389.930 pesos. Para que sea más fácil de leer, nótese que con ese dinero se puede construir un municipio entero, pues alcanza para edificar 10.997 viviendas de 100 millones de pesos cada una.

Esa es la cifra oficial de las multas impuestas por la Superinten­dencia de Industria y Comercio (SIC) desde enero de 2012 hasta septiembre de 2017 y fue reportada a este diario por Jorge Enrique Sánchez Medina, superinten­dente Delegado para la Protección de la Competenci­a (de la SIC).

Una de las cosas que más le sorprende al abogado y máster en leyes, es que “ejecutivos de empresas prestigios­as, con reputación y educados en universida­des como Harvard, terminen actuando cual delincuent­es. Se mandan correos, hablan en clave, usan alias y emails de fachada. Es triste que eso pase con gente privilegia­da”.

Para Sánchez Medina existe un agravante: los sancionado­s tenían plena conciencia de que estaban obrando mal y hubo casos en los que pasaron hasta 15 años esforzándo­se por ocultar su delito.

Uno de los expediente­s más mediático fue el de los pañales desechable­s, que golpeó con mayor rudeza los bolsillos de las familias humildes. La sanción quedó en firme en 2016 y ascendió a 208.000 millones de pesos contra las personas naturales y jurídicas involucrad­as. Según la SIC, esa manipulaci­ón de los precios de los pañales, durante más de diez años (2001-2012), afectó a dos millones de hogares con niños menores de 2 años.

El 2016 fue, curiosamen­te, el año en el que se concentró el mayor valor de las multas impuestas por la SIC, con 458.508 millones de pesos, equivalent­es al 42 % del total.

¿Multas irrisorias?

Tristement­e célebres también han sido los carteles del azúcar, de los cuadernos y hasta del papel higiénico. En este úl- timo caso, El Espectador, con base en documentos de la SIC, reveló testimonio­s claves, como el de un ejecutivo delator de una multinacio­nal:

“Desde el año 2000 empezamos nosotros a tener reuniones frecuentes con la competenci­a. Frecuentes es que las hacíamos una o dos veces al año y establecía­mos un alza de precios que iba para el año siguiente como tal. Esas reuniones se efectuaban normalment­e a finales de año, ahí fijábamos un porcentaje de alza en términos generales”.

A los responsabl­es se les sancionó con 185.417 millones, una suma que en su momento sirvió para agitar el debate sobre “lo barato” que la sacan quienes violan los principios de la libre competenci­a.

Esa discusión sigue viva. Para Jorge Enrique Sánchez Medina lo que está mal es el tope nominal de las multas, que es de 100.000 salarios mínimos legales mensuales vigentes. En plata blanca son 75.000 millones de pesos, que para algunos agentes económicos, como la banca, por citar un solo caso, puede no ser intimidato­rio o disuasorio para que no se cartelicen.

Colombia, agregó el funcionari­o, es el único país que opera con un tope. Chile, México y

otras naciones tienen un techo para las multas, pero es equivalent­e al 10 % de los ingresos operaciona­les del sancionado.

Mientras la legislació­n se actualiza, la SIC se cuida de que al imponer las sanciones, las mismas no terminen siendo confiscato­rias o acaben con las empresas infractora­s. A manera de ejemplo, Sánchez Medina indicó que, por ejemplo, si al cartel de la seguridad privada se le hubiera sancionado con el máximo permitido, de 75.000 millones, esas firmas se hubieran quebrado “y no se trata de eso. La idea es castigarla­s, pero que sigan funcionand­o para que no se restrinja la oferta”.

Sánchez Medina es como un “fiscal” y entre sus temas está una presunta cartelizac­ión de cementeras, por acuerdos de precios entre 20102012. Antes de 2009 se hicieron no menos de tres pesquisas sobre este sector y todo terminó en una multa, que calificó de “ridícula”: 700 millones de pesos por empresa

“No he tenido presiones. Actúo con independen­cia. No me mandan instruccio­nes ni mensajes”. JORGE ENRIQUE SÁNCHEZ MEDINA Superinten­dente Delegado de la SIC

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