Villatina lleva 30 años dando lecciones de prevención
Murieron más de 500 personas y en el sitio hay un camposanto que pide mayor mantenimiento.
El 27 de septiembre de 1987 se derrumbó una ladera del cerro Pandeazúcar en este popular barrio de Medellín. Fue el peor desastre invernal de la ciudad: murieron más de 500 personas y el sitio se convirtió en un campo santo. De hecho, la Empresa de Desarrollo Urbano del municipio cons- truyó un ecoparque, que hoy está lleno de maleza y con esculturas deterioradas. Además, prolifera el consumo de drogas. Sin embargo, la tragedia dejó una buena herencia: la Alcaldía creó nuevos programas de manejo de riesgo, que ahora lo pueden salvar a usted.
Una ladera llena de maleza, un templete descuidado, una escultura a la vida que aún conserva algunas plantas de jardín a su alrededor, tres postes metálicos oxidados con el nombre Parque Campo Santo Villatina y cinco lápidas con los nombres de algunas víctimas, son los recuerdos que prevalecen en el sitio de la tragedia ocurrida hace 30 años.
El domingo 27 de septiembre de 1987, a las 2:00 p.m. una avalancha de tierra y rocas se desprendió del cerro Pan de azúcar, arrasó con unos 13 mil metros cuadrados donde había más de 200 viviendas y dejó más de 300 muertos y unos 200 desaparecidos, en un día soleado de un mes de alta intensidad de lluvias, según los registros de Empresas Públicas de la época.
Las cifras de víctimas nunca se consolidaron, porque allí desaparecieron familias enteras, como la Hernández Márquez, de la que solo queda en este parque una placa de mármol gris con los nombres de sus 20 integrantes.
Para esa época Joaquín Calle, representante legal de la Corporación Campo Santo 2787, tenía 13 años y jugaba fútbol en la cancha de un barrio vecino a Villatina.
Este hombre, que hoy trabaja como jardinero, escuchó un estruendo y luego vio como la avalancha sepultó, entre muchas otras, su casa. Allí murieron sus padres, dos hermanas, un hermano y un sobrino.
Los socorristas rescataron heridos a un hermano y a otras dos hermanas. Sus dos hermanas nunca fueron encontradas.
Desde 2004, con 11 desmovilizados de grupos armados y desplazados que llegaron a Villatina, este hombre conformó la corporación y hoy se dedican a recuperar el espacio para que no sea invadido.
Deterioro
Con los primeros recursos que consiguieron hicieron una capilla, que luego fue demolida por la Empresa de Desarrollo Urbano (EDU), que construyó un templete e hizo otras inversiones que muestran deterioro.
Calle lamentó que este sitio, que es el símbolo de la mayor tragedia de la historia de Medellín, esté en precarias condiciones y sea frecuentado por consumidores de drogas.
Indicó que los recursos de mantenimiento de la zona se los dio la Alcaldía al Parque Arví, pero desde hace varios semanas no lo intervienen.
María Patricia Tobón líder de Proyectos Externos de Arví, explicó que, desde 2013, la entidad maneja un contrato de apropiación social con los moradores, para la recuperación y mantenimiento del Jardín Circunvalar, construido a dos cuadras del camposanto.
Aseveró que gracias a contratos intermitentes que han hecho con el Municipio han realizado tres intervenciones en este lugar, de la mano de la Corpora-
ción Campo Santo 27-87, que es la que hace los trabajos, y a partir del próximo lunes van a empezar otro para desyerbar la maleza y apoyar el mantenimiento de los jardines y obras de arte.
Nuevos conocimientos
El director del Departamento Administrativo de Gestión de Riesgo de Medellín, (Dagrd), Camilo Zapata, comentó que en gestión del riesgo todos los días se generan conocimientos, porque hay cosas distintas.
“Las lluvias de hace 30 años, la construcción, las vías, la cultura y la gente no es la misma de hoy. Aunque no me tocó esa tragedia, emergencias tan grandes generan aprendizajes, evaluaciones y estrategias posteriores, que le dejaron conocimientos a la ciudad, tanto en la prevención, como en la repuesta y en urbanismo”, indicó.
Resaltó que para prevenir desastres, Medellín hoy cuenta con este departamento administrativo, un Plan Municipal de
Gestión de Riesgo de Desastres y se realiza un sin número de actividades, como identificación de peligros, visitas de evaluación, actividades con las comunidades y formación de estudiantes, entre otras actividades preventivas y, con un equipo técnico y social, se trabaja permanente en los territorios.
Control territorial
Zapata agregó que, además de un Plan de Ordenamiento Territorial (POT) que define las zonas de riesgo, se creó en Medellín una Secretaría de Control Territorial, encargada de hacer cumplir esa normatividad, así como las obligaciones urbanísticas y el cumplimiento de leyes de sismorresistencia.
Además, advirtió, el Plan de Desarrollo de la Alcaldía incluye la gestión del riesgo con proyectos, programas y actividades con la ciudadanía, al que se le asigna entre $11 mil y $12 mil millones al año. De igual forma se involucran varias secretarías desde las cuales también se trabaja en la prevención