¿PARA CUÁNDO LA CONVICCIÓN POLÍTICA?
Vivimos en un país golpeado por la violencia, por la corrupción, por el narcotráfico. Pero, sin lugar a dudas, por nuestra indiferencia. Todos, como ciudadanos, debemos dejar a un lado esa posición cómoda de pasividad eterna y declararnos ciudadanos activistas; es momento de demostrar que no estamos viviendo en el país del olvido.
La desvalorización de los partidos políticos se hace cada vez más evidente, lo que produce que ya todos quieran ser independientes. De igual modo, debemos dejar de entregarle el país a cualquier señor con corbata y bolsillos llenos; no vendamos más nuestra convicción por unas boletas de fútbol, por favor, lo que necesitamos es conciencia ciudadana, personas a las que sí les duela su patria.
Claro está que no todo es culpa del compromiso ciudadano, por otro lado están los actores que se jactan del ejercicio político; su principal habilidad es la de aprovechar las condiciones adversas de la sociedad colombiana como la pobreza, el analfabetismo, la falta de acceso a recursos básicos. Estos factores se convierten en su punto de entrada para las acciones y discursos mesiánicos que despiertan la esperanza, sí, la poca esperanza que le queda a esta sociedad en decadencia. Es así como las personas se aferran a los mercados entregados por un holograma político.
¿Qué pasa, entonces, después del partido de fútbol, del calzado nuevo o el mercado? Sencillo, comprometimos nuestra reflexión política a una satisfacción de deseos inmediatos; sin comprender, que estos bienes efímeros se verán reemplazados por una política mal llevada. Despreciamos nuestro voto con un candidato sin capacidades, basado en el raciocinio de la recompensa fácil, y es con este tipo de acciones que el país se ve golpeado.
Cómo sería que aquellos jefes de campaña, los expertos en propaganda, dejaran de limitar sus garantías a la victimización de los ciudadanos con la compra de votos, ofreciéndoles a cambio un trabajo temporal o 90 minutos de entretenimiento. Deben parar de atentar contra la dignidad del pueblo colombiano, sin embargo, lo crucial en este asunto es que dejemos de subestimarnos. Nosotros, el pueblo, somos la fuente inagotable del poder del Estado; somos el vivo ejemplo de lo que es la soberanía, ¡Hagamos un cambio por aquel país que lo clama a gritos! * Taller de Opinión es un proyecto de El Colombiano, EAFIT, U. de A. y UPB que busca abrir un espacio para la opinión joven. Las ideas expresadas por los columnistas del Taller de Opinión son libres y de ellas son responsables sus autores. No comprometen el pensamiento editorial de El Colombiano, ni las universidades e instituciones vinculadas con el proyecto.
Deben parar de atentar contra la dignidad del pueblo colombiano.