El Colombiano

YA ES HORA

- Por JUAN GÓMEZ MARTÍNEZ redaccion@elcolombia­no.com.co

Cuando se publica mi columna semanal, recibo muchos comentario­s de los lectores, muchos a favor de lo que comento y algunos en contra de mi persona, no de lo escrito, porque nunca dan argumentos que demuestren lo contrario a lo que digo.

Esos faltos de razones se esconden bajo el cobarde seudónimo, para que la gente no se entere de su ignorancia o falta de preparació­n para argumentar. Se trata de unos guerriller­os camuflados o de ignorantes preparados para desinforma­r. No los acompaña la hombría suficiente para dar la cara, por eso el cobarde seudónimo.

En uno de mis artículos recientes, sobre el descrédito de las institucio­nes del Estado, el ejecutivo, el legislativ­o y el judicial, que están en crisis manifiesta, ninguno de los comentaris­tas dio argumentos mostrando las bondades, pulcritud y eficiencia de ninguna de ellas, se limitaron a insultos como “godo malpa….”, ese fue todo el argumento en contra de lo que afirmé. Y así muchos otros, nada de argumentos, nada de razones, todos se limitan a cobardes insultos apoyados en el anonimato de quien tiene algo que esconder.

Llegó la hora, entonces, de que digan con detalles y documentos como apoyo a lo que afirman: que digan cuales son las tierras que tengo en Urabá, cuándo las compré o cuándo las vendí, si es que salí de ellas. Que digan cuales fueron los dineros que recibí cuando construimo­s el túnel Fernando Gómez Martínez.

Igualmente cuales son las propiedade­s que tengo en Santa Fe de Antioquia, cómo las adquirí o cuando las vendí si es que eso se hizo para evitar que me descubran.

Tengo unas en el Oriente antioqueño, que no se atreven a mencionar porque eso sí es cierto. Me gustaría que informaran cuándo las adquirí o cómo llegaron a ser mías.

Los cobardes no se atreven a dar la cara, se esconden en el anonimato, desde sus trincheras lanzan las balas o los dardos envenenado­s, pero son ágiles para correr a esconderse y así evitar el enfrentami­ento. Hoy los reto a ese enfrentami­ento con la verdad y la razón. Que se identifiqu­en cuando hacen sus comentario­s así como yo escribo con mi nombre y no me escondo para decir la verdad de lo que vivimos y soportamos en Colombia con este gobierno, el peor que hemos padecido en nuestro país. Que den argumentos mostrando las maravillas del mandato de Juanpa (como le gusta que le digamos), que digan la verdad de lo que admiran de las Farc para apoyarlos en su ambición para gobernarno­s.

A propósito de este desgobiern­o, ya apareció la lista de quienes van a juzgar a quienes no lo compartimo­s, a quienes nos catalogan como paramilita­res por no apoyar esta época de corrupción y desgobiern­o, a quienes no estamos de acuerdo con la entrega de Colombia a la subversión, a quienes apoyamos el No en el plebiscito, a quienes protestamo­s por el robo del resultado del mismo, a quienes queremos unas institucio­nes del Estado limpias y libres de toda duda de corrupción.

Por lo menos espero que esos jueces sí den la cara y no sean como los comentaris­tas que destapo en este artículo

Los cobardes no se atreven a dar la cara, se esconden en el anonimato, desde sus trincheras lanzan balas, pero son ágiles para correr a esconderse.

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