El campo se raja frente a la productividad urbana
El país está rezagado en crecimiento de la productividad agropecuaria, frente a otros de referencia en América Latina. Persiste brecha educacional.
La productividad de un trabajador rural en el país es la mitad de la del urbano, lo que explica los bajos ingresos del primero. A su vez, ese bajo rendimiento se debe a un acceso limitado a activos y un bajo retorno de los mismos por ausencia de infraestructura y bienes públicos (como hospitales, centros de educación técnica, carreteras, entre otros).
Así lo afirmó ayer el investigador principal del centro Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural, Rimisp, Juan Mauricio Ramírez, durante el V Foro de competitividad rural del país y el nuevo rol de las economías urbanas de la Cámara de Comercio Aburrá Sur y la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia.
El reporte de ese think tank (centro de pensamiento) indicó además que Colombia es hoy el país más rezag ado en crecimiento de exportaciones y producción agropecuarias, entre las grandes economías de la América Latina (Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, México y Perú), ubicándose por debajo del promedio regional.
Continúa la distancia
Además, persiste una brecha de pobreza entre el sector rural y los centros urbanos del país, que se refleja en la cobertura de educación secundaria: Mientras que en las zonas urbanas alcanza el 84 %, en las rurales es del 68 %, de acuerdo con cálculos de Fedesarrollo a 2013, con base en datos del Dane y del Banco Mundial. En cuanto a las desigualdades de ingreso y el acceso a activos, los más recientes cálculos van hasta 2011, pero señaló Ramírez que la tendencia se mantiene (ver gráfico).
En este escenario desfavo- rable para la ruralidad, Diego Franco Moreno, profesor de la Universidad de Antioquia e investigador e investigador del grupo HTM (Hábitat, Territorio y Medio ambiente) resalta que la reforma rural es un 85,4 % del monto de los acuerdos de paz; 110,6 billones de pesos de 129,5 billones de pesos.
Añadió que las inversiones en las autopistas para la prosperidad representan cerca de un 30 % del recurso de inversión previsto por el Gobiermo en el Marco Fiscal de Mediano Plazo, aunque aclara que los dineros de las 4G provienen también de fuentes privadas.
Esos recursos van en línea con uno de los mayores retos para el campo, que es habilitar o mejorar corredores de desarrollo territorial, que buscan unir sistemas productivos y centros poblados rurales, con
menos impactos en los condicionantes de los recursos naturales (restricciones por altas pendientes, riesgos ambientales, presencia de cuerpos de agua y alta lluviosidad).
Por otro lado, hay tela por cortar en las relaciones de pequeños y medianos clústeres y hay un desafío institucional de elevar las capacidades de esas zonas para orientar las políticas de desarrollo de los gobiernos locales.
Un aumento del 10 % en el número de kilómetros de vías terciarias con relación al área del municipio reduce el porcentaje de pobreza rural en 5 %, según un estudio de Ramírez y el director de Fedesarrollo, Leonardo Villar, sobre infraestructura regional y pobreza rural. Esto quiere decir que al aumentar la densidad de vías terciarias, el precio promedio de la leche para el productor sube.
En conclusión, hay oportunidades para mejorar la competitividad rural en la inversión en vías secundarias y terciarias.
Pero también es necesario replantear la política agropecuaria y mejorar la gestión de la presencia del Estado, mediante las alcaldías municipales. En particular, cuando se habla de una tendencia municipalista, es decir, los municipios son el centro, pero no se ve el entorno
“La gente quiere volver a sembrar muchos productos, pero necesita ser parte de cadenas de producción sostenibles”. DIEGO FRANCO MORENO Profesor de la Universidad de Antioquia e investigador del grupo HTM “Un mensaje central es romper el aislamiento. Hay que mejorar las conexiones entre centros rurales y urbanos”. JUAN MAURICIO RAMÍREZ Investigador de Rimisp