LAS VERDADERAS SIETE RAZONES POR LAS QUE LILLO NO SEDUCE AL HINCHA DE NACIONAL
Ya cumplió cien días en suelo antioqueño y no existe la primera foto suya con collar de arepas, el mismo que ha servido de cédula de ciudadanía de facto para tantos hijos adoptivos de esta tierra. Sigue creyendo que el mondongo fue el éxito de las Ketchup que antecedió al Aserejé. Han habido serios problemas de comunicación. El más grave de ellos, según una fuente de la entraña verdolaga, los constantes malentendidos ante la orden de “ir directo a la canilla”. Así lo describe: “Mirá, pasa que los jugadores, pero los defensas sobre todo, no la entienden y salen corriendo a tomar agua al camerino, para furia del profe”. Un asunto que no es menor: en un intento de acercamiento con la hinchada en un conocido restaurante de comidas rápidas pidió una Coca-Cola. Se le informó que solo manejaban productos Postobón, por lo que le correspondería una Pepsi, ofrecimiento que lo sacó de casillas. Y también a la plana mayor del equipo, por razones conocidas. En un hecho que pocos conocen pidió llevar a su familia a conocer “la piedra esa junto a un lago”. Sin comentarios. Existe un obstáculo para que el amor florezca en esta relación que pasa por el inconsciente. Psicoanalistas consultados coinciden en que la mención del apellido del español detona en el inconsciente del hincha verde una secreta y no menos intensa remembranza de Hernán Darío Bolillo Gómez. Esto no sería grave de no darse también el hecho de que llamarlo por su nombre de pila: Juan Manuel o, peor, Juanma, también tiene una carga poderosa de corte político en la que no viene al caso profundizar. Y si a esta altura tenemos problemas, al notar que pegando nombre y apellido: Juanmalillo somos conscientes de que si por Freud fuera, el técnico del verde hubiera sido cualquiera menos el polémico DT español. No ha caído bien en un amplio sector de la hinchada, sobre todo el más conservador, la idea que viene rondando la cabeza de Andrés Botero de monetizar el valor agregado que supone la labia y las dotes histriónicas del español y vender -por aparte- a Comedy Central los derechos para transmitir sus ruedas de prensa.