SINDICATO PERJUDICIAL
En mi época de estudiante en Boston Massachucetts, fui también obrero sindicalizado en una fábrica que producía suelas para zapatos y fondos de bolsas de golf. La afiliación al sindicato era obligatoria y automática al entrar a la empresa, aunque el sindicato era de industria.
El único beneficio que recibíamos, aparentemente, era un pavo crudo que nos daba la empresa Américan Biltrite, cada año el Día de Acción de Gracias, a finales de noviembre.
Cuando se llegó la celebración de la Semana Santa, mi compañero y gran amigo Alfon
so Fajardo, me preguntó: -- ¿ Vos vas a venir el Jueves Santo a trabajar? -- Ni riesgos, dije. Ni el Viernes Santo tampoco.
Pues, llegamos a trabajar el lunes de pascua. Estaba el jefe con los brazos cruzados.
--Ustedes no vinieron a la fábrica ni jueves ni viernes. Ya no trabajarán más aquí. Vayan a la oficina de personal a que los liquiden. El jefe de personal, José Prego, nos dijo: --Cuéntenle esta historia a Leoni, el presidente del sindicato. Fuimos. Dice Leoni: --Eso es persecución religiosa, yo también soy católico y ojalá fuera capaz de no trabajar en las fiestas de la Iglesia. Ustedes no se van. Y nos envió a otra dependencia con otro jefe. No tuvimos que hacer huelga ni perjudicar a nadie para conservar los empleos con los que pagábamos los créditos en la universidad.
Tengo una gran admiración por el sindicalismo, que más que un enemigo de las empresas, es un gran aliado cuando se emplea bien. Trabaja por los derechos de los empleados y obreros sindicalizados, lucha por sus derechos, para que unidos a la fuerza del capital, logren el crecimiento de la empresa que les da trabajo y seguridad.
Ahora que vemos a un sindicato minoritario de aviadores Acdac, paralizar en un 50 % la empresa Avianca, que presta un servicio esencial de transporte en Colombia y el mundo y que con este paro que la empresa considera ilegal, están perjudicando a cien mil pasajeros a quienes se les han cancelado sus vuelos.
Doscientos cuarenta huelguistas, por conseguir para ellos, privilegios exagerados a mi modo de ver, pues tiquetes gratis e ilimitados en primera clase, para sus familiares, 17 días de descanso y trabajo en casa por internet, 20 % de au-
mento salarial y muchas cosas más; están perjudicando directamente a su empresa e indirectamente a todos nosotros. Esta huelga también perjudica al movimiento sindical que con esta injusticia perderá credibilidad y apoyo popular.
Hacen falta líderes sindicales como Tulio Cuevas, Antonio Días García. Víctor Baena o Julio Ro
berto Gómez. Esos sí sabían manejar, exigir y conciliar.
Admirable lo que Avianca y sus directivos están haciendo para ayudar a sus pasajeros y disminuir los perjuicios. Dios quiera que el tribunal de arbitramento resuelva pronto este conflicto laboral en bien del país.
Ñapa: No puedo entender que la misma justicia que suelta bandidos narcoterroristas, les perdona sus crímenes y los habilita para llegar al Congreso, sea la misma que condene a un exministro a 17 años de cárcel, por hacer lo mismo que hicieron sus antecesores
La huelga perjudica de manera directa a su empresa e indirecta a nosotros y el movimiento sindical.