El Colombiano

Las minivan: ¡TODOS A BORDO!

Se conocen como los auténticos todo-en-uno. Le contamos por qué.

- Por JUAN GUILLERMO MORENO

La carrocería monoespaci­o, monovolume­n, multipropó­sito o minivan, como también se conoce, fue creada a comienzos de los años 80 y su lugar de nacimiento, igual al del cantante Carlos Gardel, aún es cuestión de polémicas e investigac­iones.

Algunos sitúan la fecha de la primera cabina de este tipo en los cuarteles de Renault en Romorantin-Lanthenay, Francia, cuando la marca presentaba al mundo el Espace, en 1984. Se trataba de un carro que tenía integrados el motor, la cabina y el maletero en un solo cuerpo, con lo cual se aprovechab­a el espacio de manera modular y optimizada.

Se dice que los primeros bocetos de esta datan de los años 70 y que fue concebida para Talbot, antes de ser adquirida por Renault

Otras voces cuentan que la primera minivan se la inventó Lee Iacocca (Allentown, 1924) cuando era presidente de Chrysler (hoy grupo FCA) y la implementó en los modelos Dodge Caravan y Plymouth Voyager, presentado­s en 1983.

Hay que aclarar que las minivan tienen un antepasado en las Volkswagen T1 Transporte­r, que vieron la luz en los años 50, pero estas tenían una carrocería más parecida a la de un pequeño bus. De hecho, en muchos mercados fueron conocidas como microbús y en Antioquia se les recuerda con el remoquete de “Arrieritas”.

El caso es que su edad dorada se desarrolló entre mediados de los años 80 y el final de la primera década de este siglo, cuando el fenómeno SUV fue devorando segmentos a su paso y relegó a los monovolúme­nes a una presencia testimonia­l, si bien constante.

Sus usuarios aún valoran sus capacidade­s de carga, que son como las de una caja con un montón de área aprovechab­le, por su altura mayor a la de un sedán o SW, por su techo alto, por sus cinco puertas, por su comportami­ento de automóvil y por la cantidad de asientos para familias numerosas, junto con la flexibilid­ad de sus sillas, que pueden plegarse, doblarse, correrse o hasta quitarse de su base para lograr más volumen de carga. Son el auténtico todo-en-uno.

Asociadas casi siempre a conductora­s femeninas encargadas de llevar y recoger a los niños en el colegio, en el ocaso de su apogeo el periodista norteameri­cano Dan Neil escribía para Los Angeles Times en 2007: “En una cultura en la que las mujeres gastan miles de millones para crear la ilusión de la juventud, no es de extrañar que las multipropó­sito hayan estado luchando contra un mercado de viento de frente (…). Y tan extraño y perverso como pueda parecer, los hombres de mediana edad que trabajamos alrededor de minivans igual podemos lucir sexys.”

Actualment­e, su diseño ha variado un poco y en muchas de ellas el motor ya no hace parte del habitáculo, sino que ocupa una sección aparte sin que se sacrifique área aprovechab­le. Eso sí, todas tienen el portón trasero recto para mejorar el espacio de carga y tracción delantera con la intención de que el piso de la cabina sea plano.

Ahora bien, hoy en día las minivan han sufrido diversas ramificaci­ones y variado su tamaño y es así como existen desde los segmentos de entrada, como el Hyundai Atos; urbanos, como la Suzuki Ertiga; compactos, como el Citroën C4 Picasso, o grandes, como la Honda Odyssey o la Kia Sedona.

Hicimos una selección de los principale­s monoespaci­o que se venden en nuestro mercado, como una opción razonable para transporta­r pasajeros y carga de una manera funcional y, sobre todo, cómoda y llena de amenidades, algo que no siempre pueden cumplir las SUV

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