La radio como instrumento de paz
Son 50 emisoras comunitarias que tienen programas y franjas dedicadas a la paz y convivencia.
En 19 departamentos del país los mensajes de paz e historias para el posconflicto están llegando por ondas. Son 50 radios comunitarias las que se encargan de contarle a miles de familias campesinas lo que ocurrió y ahora pasa en sus territorios.
Este proyecto viene funcionando desde el pasado mes de febrero, cuando la Unión Europea y el Gobierno Nacional decidieron apoyar a las emisoras comunitarias que tuvieran franjas dedicadas a la paz y la convivencia.
“Radios Comunitarias para la Paz y la Convivencia cuenta con 500 personas participando en los comités para la construcción de esas franjas radiales y 1.400 programas y aparte de ser transmitidos en las diferentes emisoras comunitarias, también esos programas que normalmente duran entre 15 y 20 minutos, son subidos a internet y ahí se pueden escuchar en cualquier momento”, agrega María del Pilar Gómez, de comunicaciones de Radios Comunitarias para la Paz y la Convivencia.
Una de los principales objetivos del proyecto era llegar a las comunidades más alejadas y afectadas por la guerra en el país, en donde solo tenían fuerza las emisoras del Ejército Nacional y de los grupos guerrilleros. Ahora, como lo comenta María del Pilar, en municipios distantes en departamentos como Cauca y Nariño, se lograron rescatar las emisoras comunitarias que tuvieron que ser abandonadas por el conflicto y ahora brindan espacios culturales y de convivencia.
Compartir experiencias
Jaqueline Silva es una profesora nacida en el municipio de La Paz, Santander. Como casi todos los habitantes de esa población sufrió los estragos de la guerra, especialmente en las décadas de los 80, 90 y principios de los 2000. Su padre fue asesinado por las Farc.
Su vivencia, cómo superó esa etapa y cómo ahora se dedica a enseñar en pro de la cultura y la paz a los más jóvenes en la institución educativa Linternita de su municipio, lo contó en el programa “La Chiva de la Paz” de la emisora La Paz Estéreo.
“Como docente quiero hacer un paralelo en lo que es el presente y el futuro de La Paz en lo relacionado al orden público. Nuestro municipio vivió la guerra desde los 80 impuesta por las Farc y los paramilitares. Las Farc segaron la vida de mi padre y hoy puedo decir que esta época ha terminado. Ya a lo largo y ancho, nuestra población le hace honor a su nombre y es un territorio de paz. Lo más positivo de esto es que ya todos lo pueden saber, todos se pueden enterar”.
Briceño Estéreo es otra de las emisoras que le apostaron a esta propuesta y actualmente en su franja cuenta con el programa Otros Rincones, Otras Historias, el Renacer de Briceño, en el que se han conocido historias de vida, testimonios de quienes salieron adelante después de sufrir décadas enteras con el conflicto armado.
Susana Avendaño, quien hace parte de la red de emisoras comunitarias del norte de Antioquia y es la coordinadora del programa, explica que la experiencia para este tipo de cadenas radiales ha sido muy enriquecedora, “es algo a lo que la radio comunitaria debe apostarle”.
Agrega que mostrar las diferentes experiencias de las comunidades que fueron víctimas de la guerra ayuda a que sean más unidas y conozcan más de
sus vecinos, de sus coterráneos.
“La misma audiencia expresa que están encontrando algo diferente, es una apuesta a la paz y convivencia y también ayuda a que la gente conozca mejor su territorio. Son muchas personas que vienen trabajando hace mucho tiempo por la tranquilidad de su municipio, le apuestan al desarrollo de las zonas donde viven”, cuenta.
Milton Álvarez, enlace regional de Radios Comunitarias para la Paz y la Convivencia, añade que por las diferentes emisoras han pasado historias de perso- nas que fueron raspachines de hoja de coca y que ahora exportan café a Europa, de las cooperativas que fueron creadas por los campesinos para mejorar sus economías y hasta se han logrado convocar fiestas y marchas en pro a la paz.
“Hicimos la historia de un raspachín de coca, que ahora cultiva café, y ahora su producto ha sido exportado a varios países de Europa. También la de una asociación de campesinos que le dijo no a la guerra y se dedicó a darle desarrollo a su región, se han hecho historias de muchas víctimas, todos quieren participar”, dijo Milton.
El reto es continuar
Radios Comunitarias para la Paz y la Convivencia, cuenta con un apoyo económico de la Unión Europea por un valor de dos millones de euros (cer-
ca de 7 mil millones de pesos), sin embargo los fondos y el proyecto son limitados y en noviembre ese soporte dejará de funcionar.
Para María del Pilar Gómez, el reto es de las mismas emisoras comunitarias para que no dejen se promover los espacios de paz y que las comunidades se apropien de ellos, incluso, asegura, que en la mayoría de departamentos el resultado ha sido muy positivo.
Por su parte, Susana Avendaño, asegura que las organizaciones sociales piden que se continúe con este tipo de espacios, “entonces creemos que ahí puede estar la solución, que las comunidades sigan sosteniendo este proyecto”.
Germán Ortíz, director del Observatorio para la Libertad de Expresión de la Universidad del Rosario, resalta la importancia de las emisoras comunitarias y su trabajo para las personas que no cuentan con acceso o que no son tenidas en cuenta por otro tipo de canales de comunicación.
“Colombia sigue siendo un país con muchas problemáticas sin resolver que en general dan una impresión, sobre todo a quienes viven en la ruralidad, que nada ha cambiado. Un trabajo responsable de una emisora comunitaria, con agenda propia y con inclusión, puede ayudar a cambiar esa percepción. Esto abre un espacio a esas personas que pensaban que nunca iban a ser escuchadas y esto le da un valor agregado y legitimidad a las emisoras comunitarias”, concluye