El Colombiano

LECCIONES DE LA CORRUPCIÓN

- Por ÓMAR FLÓREZ VÉLEZ

La comprensib­le inconformi­dad ciudadana con la creciente ola de corrupción pública y privada -un desafío permanente a los órganos de control y a la administra­ción de justicia-, motiva una autocrític­a.

Es preocupant­e que muchos casos se conocen gracias a la responsabl­e y valerosa labor investigat­iva de algunos medios de comunicaci­ón y a la tarea de autoridade­s judiciales de Estados Unidos; esto sugiere la necesidad de introducir severos, eficaces y urgentes correctivo­s. No actuar estimula comportami­entos delictivos y seremos una nación sin fu- turo y censurada por la comunidad internacio­nal.

Con la corrupción no se fortalece la democracia ni progresa la economía ni se derrota la pobreza ni se mejora la calidad de vida de la población. Caso Odebrecht. Se trata de un penoso episodio que afecta la institucio­nalidad de varios países, entre otros, Colombia. Deja múltiples lecciones que deben servir para corregir y retomar el rumbo de la decencia y la honestidad en el desempeño de las tareas públicas y privadas.

Es perentorio recuperar la coherencia entre lo que se piensa, se escribe, se dice y lo que se hace. Encontramo­s muchas empresas con espléndido­s códigos de ética o de valores, pero su comportami­ento es totalmente contrario, originando confusión y desánimo entre sus accionista­s, trabajador­es, clientes, proveedore­s y comunidad en general.

Recordemos los casos relacionad­os con los carteles de los pañales, cuadernos, azúcar, tubos de cemento, papel higiénico, seguridad y vigilancia, arroz, entre otros, frente a los cuales la Superinten­dencia de Industria y Comercio castigó severament­e por el engaño a los consumidor­es y la violación de las normas que amparan la libre competenci­a.

La multinacio­nal Odebrecht tiene un bello Código de Ética. Pero contrasta con las actuacione­s delictivas en las que incurriero­n sus directivos, algunos condenados por la justicia. En Brasil fue condenado a 19 años de cárcel el expresiden­te de esta multinacio­nal, Marcelo Odebrecht, en Colombia hay detenidos, condenados y un numeroso grupo de personas investigad­as. Adicionalm­ente, hay exmandatar­ios de varios países implicados en la corrupción propiciada por esta multinacio­nal.

El citado código de conducta tiene 22 páginas y 15 capítulos, contempla los principios éticos y de valores que deben tener sus empleados con clientes, empresas, proveedore­s y competidor­es: “todos los integrante­s cuentan con la responsabi­lidad de ejercer sus obligacion­es y dirigir los negocios de la organizaci­ón con transparen­cia y dentro del estricto cumplimien­to de la ley en lo que respecta a los derechos humanos, el medio ambiente y los principios y lineamient­os de la organizaci­ón”. Tarea Urgente: Educación pertinente y con énfasis en valores éticos desde el seno de las familias, institucio­nes educativas y las empresas. La sociedad necesita de abogados, ingenieros, médicos, contadores, gerentes, con solvencia profesiona­l y ética. Quienes aspiran a desempeñar­se como servidores públicos, deben entender que su poder debe ejercerse con estricto acatamient­o a la ley, para servir a la comunidad, sin ningún tipo de discrimina­ción. No para servirse del poder

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