El Colombiano

LA MÚSICA QUE FALTA

- Por MANUELA ZÁRATE @manuelazar­ate

No te ha pasado que prendes la radio y te preguntas qué le está pasando al mundo. ¿Qué está pasando con la música? ¿Ahora qué vamos a escuchar? En algún lugar entre el despacito y todos los niveles de misoginia posibles en el reguetón, hay cosas que terminan por pegársele a uno, hasta que un día te invitan a bailar y no te queda más remedio que reconocer que te sabes de memoria una canción de Justin

Bieber. Por más odioso que te resulte eso también es ser hijo de tu tiempo, más en una época en que lo que está de moda está ahí en todos lados, todo el tiempo.

Independie­ntemente de que me gusten o no los géneros más populares hoy en día, como el pop, el reguetón, la bachata, el caso es que siento que hay muy poco discurso en lo que escuchamos hoy. Lo cierto es que uno escucha pocas cosas que te hagan detener un momento a pensar, o incluso que te muevan profundame­nte. La gente hoy escucha Piki y Shaky. Canciones que para mí son una incógnita total. Hago el ejercicio de imaginar cómo se escribiero­n. Si fue alguien que dijo, mira pon doce veces Shaky en un papel y llama al manager de Daddy Yankee. Pero ahí están en nuestras radios, biblioteca­s, discotecas, en los pies de las tías que se sienten muy modernas cuando las bailan en las bodas.

No quiero demonizar a los artistas populares. Pero uno se pregunta en dónde y cuándo se están haciendo las creaciones que tienen que mover a la humanidad hacia los próximos pasos en un mundo que parece confundido, aletargado y perdido. Somos una generación nostálgica por un pasado que tampoco era tan bueno, pero con miedo de un futuro que pareciera no estar tan lleno de todas las soluciones que prometía el fin del siglo pasado.

Yo siento que hace falta música de protesta. De esa que te hace levantar y luchar por una causa, perdida o no. Que te mueve los huesos, las vísceras, las emociones, las conviccion­es, que te cuenta tu vida o te anima a hacerte las preguntas más incómodas sobre ti mismo. En fin, que está bien la música que te hace alzar los brazos, pero qué ha pasado con la que nos hace alzar la voz.

Nos hace falta un Nabucco de Verdi, una sinfonía de Beethoven o de Mahler, la trova de verdad, las canciones de los españoles de los setenta que se desgarraba­n sobre su patria, nos hacen falta las historias, los gritos, las lágrimas. Las notas profundas, melancólic­as, tristes, las que indagan sobre el ser humano y su razón de ser. Las que nos ponen a escuchar, las que nos dejan en silencio, compungido­s y hasta molestos. Nos hace falta música de esa que inspira la historia y sus profundos movimiento­s

Está bien la música que te hace alzar los brazos, pero qué ha pasado con la que nos hace alzar la voz, la que indaga sobre el ser humano y su razón de ser.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia