El Colombiano

Al teleférico de Palmitas le hace falta una última estación.

El cable aéreo de este corregimie­nto de Medellín beneficia a 900 personas; sin embargo, la cabecera central sigue desconecta­da de este sistema.

- Por DIEGO ZAMBRANO BENAVIDES

En 15 minutos y sin pagar un solo peso, los campesinos de las veredas La Sucia y La Frisola pueden desplazars­e hasta La Aldea, segundo centro poblado del corregimie­nto San Sebastián de Palmitas, en Medellín, gracias al teleférico que funciona hace seis años en el lugar.

Sin embargo, el cable no tiene conexión con el casco urbano, una estación por construir que la comunidad reclama desde 2013, y que el actual gobierno todavía no considera viable, a pesar de que existen recursos del orden de los $12.500 millones para su ejecución.

A diferencia de otros seis cables aéreos de Antioquia, que por falta de recursos dejaron de operar, el de Palmitas no ha parado sino para hacerle mantenimie­nto el año pasado. Se convirtió en la solución para sortear la difícil geografía del corregimie­nto que obligaba a los campesinos a recorrer hora y media a lomo de mula por los caminos de herradura para sacar del campo sus cosechas, o para los estudiante­s que ahora llegan con facilidad a la escuela.

El cable es operado por Terminales Medellín y su primera estación (La Aldea) está ubicada a tres kilómetros del Túnel de Occidente; las otras dos (Teresitas y Morrón), se encuentran a 900 metros de distancia entre cada una, transporta­ndo y benefician­do a aproximada­mente a 900 personas en cabinas suspendida­s a 200 metros de altura.

Solución de movilidad

Para el líder comunitari­o Jesús Arroyave, el cable aéreo no debe ser visto como un negocio al que hay que sacarle utilidades sino como un sistema de transporte social. “Es que en San Sebastián de Palmitas no queremos abrir más vías para evitar el deterioro del medio ambiente”, afirmó.

El teleférico ha mejorado la calidad de vida de los pobladores que ya no tienen que sacar a los enfermos en camillas improvisad­as. Incluso, algunas madres confiesan que antes del cable preferían dejar a sus hijos en casa que enviarlos en mulas o buses a la escuela.

El Sistema de Biblioteca­s de Medellín recopiló algunos testimonio­s de habitantes de Palmitas que manifestar­on cómo este sistema cambió la cara de su corregimie­nto.

“Se generó interconex­ión cultural, de salud, y de presencia gubernamen­tal en las vere- das. También ha atraído mucho el turismo que llega a conocer el cable y nuestro territorio”, expresó Luis Bastidas.

Por su parte, Gabriel Arango señaló que el teleférico permitió redescubri­r la belleza de Palmitas. “Los paisajes generan orgullo a los nativos y admiración a los turistas”, dijo.

No obstante, el casco urbano central quedó relegado al quedar desconecta­do de este cable aéreo y varios habitantes de las veredas prefieren abastecers­e de mercados y solucionar otras necesidade­s en San Cristóbal o en Medellín, para evitar el difícil acceso a la centralida­d de Palmitas.

“Queremos que el cable tenga una estación en el pueblo. Palmitas después de la construcci­ón del túnel ha visto su economía afectada. No tenemos rutas de buses propias, solo las de San Cristóbal. La gente por comodidad prefiere hacer sus compras en otros lados y esto se va quedando abandonado”, señaló Edilia Montoya, propietari­a de una tienda en el corregimie­nto.

¿Qué dice la Alcaldía?

Escepticis­mo sobre la viabilidad de un nuevo tramo del cable ha demostrado el alcalde Federico Gutiérrez cuando se le ha preguntado por este tema. Incluso, en agosto de 2016 manifestó a EL COLOMBIANO que esa obra había sido una promesa de la administra­ción que precedió su periodo.

“He sido claro cuando me comprometo con un proyecto. Lo importante es que la comunidad de Palmitas esté tranquila y segura que esos recursos se van a usar en su territorio. ¿En qué?, será un tema que se definirá con la misma gente, en caso de que se determine que el cable allí no es viable”, volvió a afirmar el mandatario hace dos meses.

Pero en Palmitas también han sido claros con su postura, tanto que incluso han expresado estar dispuestos a priorizar recursos del presupuest­o participat­ivo para costear los $4.000 millones que cuesta la operación anual del teleférico

 ?? FOTOS JAIME PÉREZ ?? Sin teleférico, a los campesinos les tocaba sacar sus productos a lomo de mula. Algunos aún lo hacen.
FOTOS JAIME PÉREZ Sin teleférico, a los campesinos les tocaba sacar sus productos a lomo de mula. Algunos aún lo hacen.

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