Cocineros chovinistas
tudiantes y que le daba temor que en un tiempo nadie ofreciera productos internacionales, importantes también en un menú urbano, por lo que cree necesario promover la diversidad y dejar que los jóvenes tomen sus decisiones. Tanto lo de Núñez como lo de Pazos son problemas para pensar. Es tan delicado que nuestros futuros cocineros no conozcan la cocina típica, prepararla y hasta modernizarla con técnicas de vanguardia o en su presentación como que impidamos que los estudiantes aprendan de cocinas de otras latitudes y las preparen, si es el caso. Sin embargo, no debemos aflojar en el discurso de cocinar colombiano, así parezcamos chovinistas. Por fuerte que sea la diatriba, aparecerán cocineros que quieran elaborar sushi o hamburguesa, glaciar un salmón o preparar un steak. En cambio, si paramos de repetirle a los chicos en las escuelas que amen sus costumbres y preparen cocina local, muy pronto solo veremos letreros de pizzas y cocina mediterránea, más lugares para comer ramen, salchichas y pan francés, pero las tortillas y la arepa serán objetos del recuerdo. Estamos viviendo una época de nacionalismos exacerbados y violencia extrema y es muy importante que no olvidemos que la soberanía del paladar es una de las formas más sólidas de decirle a los sabores foráneos que vamos a defender nuestro gusto y lucharemos con toda la fuerza de las papilas para que nuestros sabores prevalezcan en las manos de los nuevos cocineros colombianos, así parezcamos más chovinistas que