NATALIA JARAMILLO MACHUCA
Soy historiadora y estoy finalizando una maestría en geografía. Estoy vinculada a la Universidad de los Andes. También soy piloto de avión. Llegué al programa antártico porque trabajaba para la Comisión Colombiana del Océano en donde se han gestado las expediciones. De ahí surge la idea de formular un proyecto para la antártica desde las ciencias humanas, ya que hasta el momento había mucho énfasis en la parte biológica, física y química y pues valía la pena el tema de ciencias humanas. Entonces propuse aplicar un método de investigación histórica para dar a conocer todo lo que hacíamos. Nuestra tarea era recopilar los antecedentes de Colombia en la Antártica durante casi 40 años y además tener esa información a la mano, catalogada para futuras investigaciones y para presentarla en el momento en que nuestro país vaya a solicitar su ingreso al tratado antártico como miembro consultivo. El objetivo es tener el soporte histórico de por qué deberíamos estar ahí. También formulé un proyecto para el uso de drones con el fin de levantar información cartográfica de precisión. Queremos tener mapas exactos de la región y del recorrido del buque. A la anterior expedición fuimos a realizar pruebas de rendimiento y a verificar que los sistemas y los sensores funcionaran. Este año estaremos tomando fotografías y con el apoyo de un software analizaremos los datos y armaremos un mosaico que antes se hacía de forma manual. Así lograremos tener mapas de precisión. Ir a la Antártida es conocer otro mundo. Es un territorio que tiene su esplendor casi intacto. Para mí esta es una experiencia extrema, estas absolutamente desconectado. Pasé casi un mes y medio en una estación argentina. No hay internet y no hay teléfono. Además, como esa es una base argentina, todo lo que comíamos tenía que ver con ese país, había siempre postres y asados. Eso era como estar en Buenos Aires, pero alejados del mundo, sin televisión y con mucho frío.