De promotores del Acuerdo de Paz a presidenciables
En su momento negaron cualquier interés de convertirse en candidatos. Sin embargo, la defensa de lo negociado es ahora su argumento de campaña.
La firma del Acuerdo de Paz entre el Gobierno y las Farc no solo le dejó un Premio Nobel al presidente Juan Manuel Santos y un lugar en los libros de historia. También propició el espacio para que prosperaran tres precandidaturas presidenciales y dos nuevos embajadores.
La semana pasada, Frank Pearl, exnegociador del Gobierno en La Habana, anunció que recogería firmas para aspirar a la Presidencia. Desde 2009, cuando fue nombrado Alto Comisionado para la Paz, fue clave en los diálogos secretos con las Farc, pero no estuvo en la fase pública. También participó en la construcción de la agenda de negociación con el Eln.
A diferencia de Humberto de la Calle y Juan Fernando Cristo, que son políticos de ca- rrera, de Pearl no se conocía interés en la política electoral.
De la Calle, quien en junio de 2015 dijo que no le interesaba ser candidato, cuando la exsenadora Piedad Córdoba propuso su nombre, tan pronto concluyó el desarme de las Farc, verificado por la ONU, confirmó lo que era un secreto a voces: su aspiración presidencial.
Cristo también estuvo en La Habana y fue vital en la primera etapa de la implementación en el Congreso. Se retiró del Ministerio del Interior, estuvo un par de meses en la Comisión de Seguimiento a la Implementación del Acuerdo Final (CSIVI) y salió a oficializar su precandidatura.
¿Aprovechamiento de la paz?
Quienes han pasado por el ejercicio del Gobierno y después buscan el favor popular, cobran sus ejecutorias, como lo hace el exvicepresidente Germán Var- gas Lleras, en asuntos relacionados con infraestructura.
Por esta razón, Nury Astrid Gómez, politóloga y master en Consultoría Política, afirmó que más que aprovechamiento político, es el resultado natural de haber sido abanderados del Acuerdo. “Son ellos los llamados a acoger esta misión electoral con propiedad”.
En contraposición Andrés Felipe Bernal, docente de la Escuela de Política de la U. Sergio Arboleda, dijo que uno de los grandes errores que tuvo el proceso fue creer que sus negociadores trabajaron pensando en la paz como una política de Estado. Fue una carrera para culminar el proceso durante el periodo gubernamental y cimentar sus aspiraciones.
“Resulta censurable que los actores de la negociación salgan ahora como candidatos y embajadores. Sus intereses se favorecen por sus actuaciones”, dijo Bernal.
Al respecto, Yann Basset, director del Observatorio de Procesos Electorales de la U. del Rosario, precisó que no se puede impedir que los políticos tomen posición sobre la paz y que lo usen para su propia imagen, comenzando con el mismo Santos, y Uribe que tratan de mantenerse vigentes fundamentando sus discursos en la implementación de la paz.
Luis Trejos, docente del Departamento de Ciencia Políti-
ca de la U. del Norte, sostuvo que si bien ahora se benefician de la popularidad que les dio el proceso, es algo fortuito, porque cuando inició era una lotería. “Así como salieron catapultados para la Presidencia, pudieron quedar en una lista de infames para la historia, como los que fracasaron en el cuarto intento de firmar la paz con las Farc”.
Ahora, en la precampaña, De la Calle, Cristo y Pearl serán los escudos de lo acordado y garantes de la implementación. Esa coherencia les traerá réditos electorales. ¿Los suficientes? En primera vuelta se sabrá