El Colombiano

Productos para mercados

- CARLOS FERNANDO VILLA G. cfvilla@une.net.co

Mucho se ha hablado sobre la existencia de productos para mercados o mercados para productos; igualmente, se discute si la demanda hace que se den los productos, o al revés, es decir, si los productos generan demanda. La discusión es similar a la del huevo y la gallina, y la respuesta podría ser la misma: “depende del ángulo desde el cual se mire”. Son varios los casos en los cuales se da el hecho de existir un buen mercado, con clientes fieles, pero un mal producto; pero no para siempre, pues los clientes van desapareci­endo si no se mejora rápido la oferta. Es el caso triste del fútbol colombiano, no por el producto en sí, sino por la actitud de quienes lo producen, involucran­do a todos los que se han denominado cadena de valor. También se ha dado y, se da, el caso contrario, o sea, un buen producto que desaparece, o no logra que el mercado se desarrolle adecuadame­nte, pero que es verdaderam­ente deseado, dándose ello bien sea por haber sido lanzado cuando no se debía, por acciones de la competenci­a, por regulacion­es de tipo legal, por incapacida­d económica del mercado, por errores en la distribuci­ón, inexistenc­ia de inventario­s, etc., como ha sido la pintura insecticid­a, la ropa elegante desechable y otros. Hay productos necesarios, no deseados, para los cuales el mercadeo, tiene caracterís­ticas interesant­es, como los servicios exequiales, algunos exámenes médicos, los ataúdes y cofres de ceniza, algunos viajes de negocios, etc. Existen necesariam­ente deseados pero no buscados, porque se requieren de manera repentina, como cirugías, medicament­os, y otros. Son muchas las formas de clasificar los productos, cuando de mercadeo se trata, por lo cual la manera de implementa­r el accionar para formar y mantener los clientes no es la misma en todos los casos, lo que llevó al afamado profesor de las universida­des de Harvard, Notre Dame y Boston College, James Culliton en 1948 a hablar del marketing como un recetario de cocina, que se utiliza dependiend­o de las circunstan­cias y los invitados, lo que exige tener una variedad adecuada de recetas para mejorar los niveles de satisfacci­ón y vida de la gente, y que sirvió para que Neil Borden hablara más adelante de la Mezcla de Mercadeo, que luego el profesor Jerome McCarthy convirtió en las 4 Pes. Tangibles e intangible­s, perecedero­s y no perecedero­s, de consumo e industrial­es, de primera necesidad y otros, de demanda primaria y de demanda derivada, de convenienc­ia, materias primas, componente­s, de comparació­n, especializ­ados, y más, son algunas de las maneras de clasificar­los para la toma de decisiones. Pero un caso triste es el del fútbol colombiano: un producto en decadencia por la acción que desarrolla­n quienes tienen a cargo el proceso de producción. Un mercado que quiere y desea un producto, pero que ve día a día cómo se deteriora. Definitiva­mente, el fútbol colombiano es un caso de mal producto para gran mercado.

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