LA SOCIEDAD DE LA DOBLE MORAL
No ha pasado mucho desde que el Papa Francisco nos dejó un mensaje de paz a todos los colombianos, en el cual nos invitaba, entre otras cosas, al perdón y a la reconciliación. Sin embargo, el “efecto papal” duró el mismo tiempo de la visita del Vicario del Cristo en nuestro país.
En estos días han abundado, como casi siempre, las noticias de asesinatos, hurtos agravados, de conflicto. Se han registrado sucesos de violencia, corrupción y maltrato infantil, así como el que pasó en Medellín.
Hace unos días murió Miguel Ángel, un niño de 2 años, en una clínica luego de haber llegado con signos vitales débiles. La razón fue la misma que viven cientos de niños colombianos… el maltrato infantil. Su madre, de 22 años, y su padrastro, de 21, son, presuntamente, los causantes de los mordiscos en su cuerpo, una herida en el cráneo y de marcas y hematomas que evidencian golpes y tortura.
Ante el fallecimiento del menor la comunidad se armó con piedras para hacer a los dos jóvenes lo mismo que ellos hicieron al niño. Eso fue el viernes. Dos días después, la misma comunidad hizo una misa en honor al pequeño, se encendieron velas, se soltaron globos blancos y de ese color vestía la mayoría de personas, quienes después marcharon hasta la casa donde ocurrieron los hechos. Allí, además, algunos lloraron, unos repitieron muchas veces “dale Señor el descanso eterno…” y otros maldijeron y desearon la muerte del par de muchachos. Todo fue simultáneo. Y ninguna forma de violencia se justifica.
La sociedad colombiana es juez, víctima y victimario a la vez. Es la sociedad que denuncia, sanciona, calla y mata. La sociedad que se queja de la inseguridad, desempleo, de la educación y la misma que no se preocupa por criar a ciudadanos ejemplares, la que le da pereza el trabajo y la que no asiste a clases por una gripa o la que obliga a sus hijos meno- res a trabajar. La doble moral de la sociedad colombiana es tan increíble que hasta, en ocasiones, argumenta el maltrato infantil al decir “corrige al niño con vara y no morirá”, tal como dice un versículo de la Biblia.
Pero simplemente, “no se puede ser y no ser algo al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto” (Aristóteles), pero en Colombia en una semana se llora con la despedida del Papa y por la de un ser querido en la que no hubo ni paz ni perdón ni reconciliación * Taller de Opinión es un proyecto de El Colombiano, EAFIT, U. de A. y UPB que busca abrir un espacio para la opinión joven. Las ideas expresadas por los columnistas del Taller de Opinión son libres y de ellas son responsables sus autores. No comprometen el pensamiento editorial de El Colombiano, ni las universidades e instituciones vinculadas con el proyecto.
La sociedad colombiana es juez, víctima y victimario a la vez. Denuncia, sanciona, calla y mata.