Con qué se come la música contemporánea
En la ciudad, la oferta de estas obras aún es escasa, pero en los repertorios a veces están presentes. Con estos tips, tal vez la entienda.
Un día sonó una obra que denominaron Al Otro Lado de la Córnea. Quienes fueron se sentaron en el piso, entre ellos estaban los músicos y el director con las caras pintadas de blanco y negro. La música que sonaba era muy diferente a la conocida como clásica, aunque los instrumentos con los que se lograba eran tradicionales – un violonchelo, un violín, un bajo–, pero los sonidos que estos emitían y sus combinaciones presentaban una idea distinta de la música, una que poco se acostumbra escuchar en la ciudad: la llaman música contemporánea.
Concentrarse en este tipo de música puede ser difícil para muchos. No es hecha para el entretenimiento, sino para abrir la mente y los oídos a sonidos a los que no estamos acostumbrados.
Los mismos, pero distintos
Si le parece que suena distinta, no es porque usen otros instrumentos, se debe a la combinación de ellos. Los que se usaban en la música clásica –la que se compuso antes de 1900– tienen la anatomía de los actuales, no han tenido modificaciones. Algo que sí cambio, cuenta la compositora María Clara Salinas, fueron los formatos: “la clásica les dio preferencia a los cuartetos de cuerdas, la orquesta barroca, el piano violín, la flauta, entre otros, algo que funcionaba para esa época”. Luego, en el siglo XX, se empezaron a usar formatos que cambiaron lo establecido, “estos incluían instrumentos muy graves o muy agudos, un pícolo con una tuba, por ejemplo, combinaciones que no se hubieran concebido antes y, por ello, esos instrumentos no eran protagonistas”.
Instrumentos al límite
Hasta con las uñas pueden tocarse los instrumentos en las obras contemporáneas. Esa fue una de las propuestas de algunos compositores en el siglo XX, según cuenta Salinas. En general, dice ella, hubo un cambio en la manera de interpretarlos. Por esa razón, no se extrañe si ve que en un concierto toman un violín y lo tocan con el arco, o le golpean la tapa. “Son un montón de técnicas que generan otros sonidos”, explica.
Esa característica de la música contemporánea también la resalta el docente e investigador de Bellas Artes, Juan David Manco. Además, destaca las sonoridades de los instrumentos preparados, los que intervienen, como lo hizo por ejemplo John Cage: ¡ le puso tornillos a las teclas del piano!, y según cuenta Manco, hasta ganchos se le han adaptado a las guitarras y, aunque parezca extraño, en la música contemporánea aporta nuevas sonoridades.
En esa búsqueda de nuevos sonidos, el computador se ha vuelto otro instrumento, cuenta el docente. Y son muy comunes los efectos digitales, por ejemplo el juego con los sonidos de una viola en tiempo real, mientras se mezcla con música electrónica. ¿Raro para los puristas, no?
No toda es igual
Simón Castaño, docente e investigador de la Universidad de Antioquia, comenta que es importante entender que la música contemporánea está compuesta por muchos estilos, así como hay muchos tipos de arte contemporáneo. Por esa razón, si ha escuchado solo uno de ellos, no quiere decir que así sean todas las obras. Definirlos es difícil, pero Castaño cuenta que “más o menos entre los años 20 y 80 se habló de la música
atonal. “Si no es músico es complejo de entender”, aclara Castaño. Primero se refiere a la tonalidad, que es cuando las estructuras y los patrones musicales giran alrededor de ejes a los que vuelve. Lo atonal, es lo contrario, no hay ejes a donde volver, no hay una melodía característica. Por eso se habla de que la música se emancipó y surgieron diversas expresiones atonales. Ahora se habla del espectralismo, la música del azar o la no determinada. Todos conceptos técnicos, según Simón Castaño, y toda música experimental.
Ir con mente abierta
El investigador de la U. de A. también recomienda “tener la mente abierta y una escucha dispuesta a sonoridades extrañas”. Por su parte, Juan David Manco recomienda: “liberarse de todos los prejuicios y abrir los sentidos a la experiencia musical con la que puede encontrarse, pensando que allí va a haber un juego sonoro y va a estar en una condición de estesis: la capacidad de apropiarse sensiblemente del entorno”