Esto es lo que debe saber antes de que le pongan anestesia.
Usted también es responsable de que los procedimientos en los que se lo sedan sean seguros. Conozca sus derechos.
Para los pacientes ansiosos en la silla del odontólogo, la máscara de óxido nitroso u otros gases anestésicos han sido una salvación. Los hace ajenos al cincelado, a la perforación y al intenso dolor que producen los tirones del profesional en la boca.
La anestesia abrió grandes oportunidades en el quirófano y en los últimos 30 años ha salido del hospital llegando a los consultorios independientes.
Sin embargo, para algunos pacientes sanos esta máscara no trae bienestar sino que puede significar un riesgo para la salud. Especialistas como la anestesióloga Liliana Suárez, miembro de la Sociedad Colombiana de Anestesiología y Reanimación (SCARE), aseguran que no hay cifras en Colombia que indiquen el número de pacientes fallecidos o con invalidez por malas prácticas de sedación.
Incluso podría haber subregistros en cifras por muertes o afectaciones al paciente por la incorrecta aplicación del sedante, pues quienes reportan la muerte pueden estar matizando las causas
En el mundo sí se viene haciendo seguimiento a casos de conocimiento público donde la sedación previa pudo haber sido una de las causas de tragedias.
Uno de los más conocidos es el caso de Michael Jackson, quien recibió una dosis de Propofol, uno de los medicamentos utilizados en sedación y presentó una serie de complicaciones inadecuadamente manejadas que desencadenaron su muerte.
Está también el de Joan Rivers, la presentadora de televisión y comediante norteamericana que murió en septiembre de 2014 luego de haber sido sedada con Propofol por personal no anestesiólogo para practicarse inicialmente una endoscopia, y luego revisar sus cuerdas vocales.
Según el reporte médico y la oficina forense de Nueva York, durante el examen le faltó oxigeno por un periodo prolongado de tiempo lo que le produjo la muerte. El forense informó que la causa fue “encefalopatía por anoxia debido a un paro hipóxico”, una descripción médica del daño cerebral causado por la falta de oxígeno.
“La clasificación de una muerte como una complicación terapéutica significa que se debió a una complicación previsible del procedimiento médico”, señala el reporte. Rivers, de 81 años, murió en septiembre de 2014, una semana después de entrar en coma tras acudir a una cita médica en Manhattan.
Ese mismo año en Hawái, Fine Boyle, una pequeña de tres años, sufrió daño cerebral después de someterse a un procedimiento dental para el cual recibió óxido nitroso asociado a una combinación de medicamentos intravenosos, que le ocasionó complicaciones graves y luego lel fallecimiento.
Por esto, a la hora de hacerse una endoscopia, un tratamiento odontológico, urológico, ginecológico o cualquier otro examen que re- quiera sedación previa, exija que lo informen sobre el procedimiento y verifique que sea un anestesiólogo el que practique la sedación.
Suárez le sugiere que de no ser posible la presencia de este profesional, pregunte quién lo va a sedar y pida que lo haga un médico o un odontólogo que conozca su historia clínica y que tenga los conocimientos, habilidades y experiencia suficientes para hacerlo.
Además aclara que, como exige la ley, quien lo sede debe ser una persona diferente a quien realiza el procedimiento, y que este especialista deberá estar disponible para monitorearlo en el caso de un desenlace inesperado. Tenga en cuenta que la ley prohíbe que las enfermeras y auxiliares de enfermería sean los proveedores de la sedación.
Aunque los médicos vienen suministrando anestésicos hace tiempo, el Instituto Nacional de Ciencias Médicas Generales de Estados Unidos también recomienda hacerse responsable de informar todo lo que pueda sobre sus enfermedades, alergias y actividades previas a su cirugía