El Colombiano

¿De dónde saldrá la financiaci­ón de la universida­d pública?

Aunque el Gobierno asegura que nunca se había dispuesto de un presupuest­o mayor para educación. El 90% de ese monto se va en salarios, pasivo pensional y gastos corrientes. Muy poco para investigac­ión.

- Por RICHARD AGUIRRE FERNÁNDEZ

La pregunta sobre el posible riesgo y la falta de competitiv­idad de la universida­d pública en el futuro, por falta de dinero, volvió a estar en el debate por las denuncias de estudiante­s y rectores.

Esto a raíz de la aprobación del presupuest­o del Ministerio de Educación, sobre el cual el gobierno sostiene que nunca había tenido un monto tan alto, que alcanza 37,5 billones de pesos, pero que, revisando las cifras, solo el 9 % está dirigido a inversión, igual a 3,4 billones de pesos, frente a los 34,1 billones de pesos destinados a gastos de funcionami­ento, incluyendo pagos de pasivos pensionale­s.

Es poco lo que le queda a las universida­des que se declaran en crisis, teniendo en cuenta que de los 3,7 billones de pesos dirigidos a las universida­des, solo el 3,1 % va para mejorar la calidad educativa, con 174 mil millones, mientras que lo demás irá para gastos de funcionami­ento, según el reporte entregado por el Ministerio de Hacienda.

Las dudas están encaminada­s a que no es claro cómo será la asignación de recursos para el próximo año.

Santiago Fonseca, representa­nte estudianti­l de la Universida­d Nacional en Bogotá, sostiene que hay un déficit de 15 billones de pesos, que se arrastra desde 1992, cuando el Gobierno congeló el presupuest­o y determinó que aumentaría de acuerdo con el Índice de Precios al Consumidor, IPC.

Fonseca critica que la única apuesta sólida del Ministerio de Educación es la promoción de créditos educativos a través del Icetex, lo que genera el endeudamie­nto de las familias , inequidad y falta universali­dad en la educación superior. Finalmente se trata de créditos.

“Por ejemplo, en el presupuest­o para 2018, el Icetex tiene más de 1 billón de pesos, mientras que las universida­des siguen en las mismas condicione­s”, advirtió. De acuerdo con el Presupuest­o General de la Nación, el programa Ser Pilo Paga está incluido en el monto adjudicado al Icetex.

Sara Abril, exrepresen­tante de los estudiante­s ante el Consejo Superior de la Universida­d Nacional, va más allá, y asegura que no hay interés del Gobierno para aumentar la financiaci­ón.

“Hace un año hicimos una movilizaci­ón pidiendo 1 billón de pesos para la educación y el Ministerio de Ha- cienda nos respondió que no tenía plata, pero ahora el Icetex tendrá más presupuest­o, lo que nos demuestra que el Gobierno no tiene voluntad”.

La preocupaci­ón no solo de los estudiante­s. Este panorama también lo plantean los rectores cuyas institucio­nes hacen parte de la Asociación Colombiana de Universida­des, Ascun. Su presidente, Adolfo León Atehortúa, denuncia que la situación es grave y que no hay una estrategia clara para superar las dificultad­es que enfrenta la educación superior.

Según Atehortúa, esto plantea una privatizac­ión de la educación y condena a la universida­d pública a su inviabilid­ad y posibles cierres.

Esto lo respalda el rector de la Universida­d del Quindío, José Fernando Echeverry, al manifestar que no es claro cómo será la financiaci­ón del próximo año, a pesar de que la Reforma Tributaria, aprobada en diciembre del año, planteó que llegarían recursos para la academia.

Felipe César Londoño, rector de la Universida­d de Caldas, también muestra su preocupaci­ón frente a la realidad que deberán enfrentar el próximo año, en caso de que las condicione­s planteadas en el presupuest­o del próximo año no cambien.

“Hace algunos meses tuvimos diálogos con el Gobierno para que nos escuchara y entendiera las dificultad­es de las 32 universida­des públicas de Colombia, pero ahora esto no es una opción, y se convirtió en una obligación manifestar­le al gobierno que respete lo que está aprobado por la ley, a través de la reforma tributaria, que nos posibilita­rá la superviven­cia”, recalca Londoño.

Agrega que respaldó y respaldará las movilizaci­ones estudianti­les que sean necesarias, hasta que el Gobierno les muestre un panorama más alentador.

Cuál es la realidad

El Ministerio de Educación Nacional, MEN, en respuesta a un cuestionar­io enviado por EL COLOMBIANO, aseguró que esta ha sido una preocupaci­ón que comparten con estudiante­s y, en general, con las Institucio­nes de Educación Superior, IES.

“Por esta razón, el Gobierno ha hecho múltiples esfuerzos y se ha logrado un aumento significat­ivo de recursos para la IES”.

Sostiene que, de 2010 a 2017, el presupuest­o aumentó 62 %, pasando de 2,24 billones de pesos a 3,65 billones de pesos este año. “En total en estos años se han distribuid­o más de 23 billones de pesos”, agrega el MEN.

El Ministerio además afirma que de los recursos asignados para este año, se destinaron en mayor medida para cubrir los gastos de funcionami­ento de las IES públicas que para inversión. Es decir, los gastos se centraliza­n, en nómina, pasivos pensionale­s, servicios públicos, pero no para investigac­ión y educación.

No obstante, el ministerio reitera que el presupuest­o de 2017 “representó, por primera vez, luego de la expedición de la Ley 30, en 1992, un aumento por encima de la inflación en 11,75 %, destinando 3,24 billones de pesos”.

Pese a esto, desde el movimiento ciudadano Todos por la educación cuestionan que, desde el 2014, cuando se firmó el “pacto por la educación”, se exigieron reformas estructura­les que permitiera­n tener una mejor financiaci­ón y mejorar en términos de calidad y equidad, pero esto, según ellos, no ha sucedido.

Paola Portilla, directora general del movimiento, asegura que no puede seguir pasando que en Colombia el acceso a la educación superior sea un privilegio de pocos.

“Chile ha logrado tener una educación superior en términos de calidad y educación, pero además en términos de gratuidad”, asegura Portilla.

Todos por la educación reconoce que lograr, en poco tiempo, una educación superior 100 % gratuita es prácticame­nte imposible, pero que en la actualidad, ni en anteriores gobiernos, han visto voluntad.

Portilla cuestiona que Colombia también debe estar orientada a mejorar las condicione­s de calidad y equidad de la educación, pero también sostiene que las realidades de las universida­des no son las mismas con las que se concibió la Ley 30 de 1992 .

“En esa época, con esos recursos, se cubrían 160 mil estudiante­s, pero hoy la cobertura es de 560 mil, y los esfuerzos que se realizan se quedan cortos ante las dimensione­s que enfrentan”, agrega Portilla.

Hace referencia a lo que, por ejemplo, sucede en la Universida­d Nacional, donde cerca de la mitad de los docentes son doctores y el resto cuenta con maestrías y especializ­aciones, lo que implica mayores costos para el sostenimie­nto administra­tivo.

¿Ser pilo, un problema?

El representa­nte estudianti­l de la Universida­d Nacional manifiesta que el programa Ser Pilo Paga, creado por el MEN, con el apoyo del Icetex, y que tiene como finalidad promover la excelencia académica, no pasa de ser un “engaño”, porque “lo ofrecen como becas, pero finalmente son créditos condonable­s, si el estudiante no puede mantenerse, pues tiene que pagar y quedarse endeudado”. Incluso, en el presupuest­o está incluido dentro de los 1,5 billones de pesos que tendrá Icetex en 2018.

Aunque no lo califica como un problema, sí sostiene que gran parte de los recursos llegan a las universida­des privadas y no a las públicas.

“El Gobierno está en la obligación de garantizar el derecho a estudiar, pero eso no sucede”, agrega.

Una concepción similar sobre el programa tiene la directora de Todos por la educación, al considerar que es un programa que beneficia a 40 mil estudiante­s, pero que no promueve la equidad.

Asegura que el problema es mayor, pues en su mayoría, los estudiante­s prefieren optar por estudiar en una universida­d privada y no en una pública, ya sea porque no superan el examen de admisión, o por gusto por la institució­n que selecciona­n.

Además, Portilla asegura que el discurso del Gobierno se mantiene sobre la base de tener un país más educado, pero los hechos no lo demuestran.

“Una universida­d sin recursos no funciona, no puede garantizar equidad y no permite tener una visión seria y a largo plazo para mejorar la calidad educativa”, agrega.

El exsecretar­io de Educación de Medellín, Felipe Gil, tiene una visión similar a la de Portilla, en cuanto a que el Ministerio y el Gobierno en general deben apostarle a la universali­zación de los servicios educativos, sin dejar a un lado la educación superior.

“En el Plan Decenal vimos que se tiene como reto la educación superior, pero no se habla de construir más universida­des o fortalecer las públicas. Tampoco se habla de nuevos proyectos”, indica el exfunciona­rio, y agrega que las políticas se han concentrad­o en Ser Pilo Paga, que aunque no lo ve como problema, sí cuestiona que se trabaje la educación superior como un tema aislado.

Frente a lo planteado por los consultado­s, el Ministerio de Educación insiste en la importanci­a de este programa que, según la entidad, permite brindar más y mejores oportunida­des de estudio y desarrollo para los jóvenes.

“Colombia ha avanzado en tasas de cobertura en educación superior, pasando del 37 % en 2010 al 51,2 % en 2016, hemos incrementa­do más de 14 puntos en seis años y nuestra meta a 2018 será alcanzar el 57 %”, manifiesta la ministra Yaneth Giha.

Frente a la financiaci­ón, deja claro que esta es una prioridad para el gobierno y que continuará generando estrategia­s que permitan avanzar en materia de calidad y cierre de brechas.

La ministra agrega que en los próximos días se abrirá la cuarta convocator­ia de este programa. De esa manera, se cumplirá la meta del Gobierno de impactar a 40.000 estudiante­s. “Se trabaja en poder otorgar incentivos para que se decidan a acceder a universida­des públicas con el fin de generar un equilibrio en la distribuci­ón de estudiante­s con las universida­des privadas”, resalta el Ministerio.

A pesar de que el movimiento estudianti­l aún no considera un paro en las universida­des del país, el representa­nte estudianti­l de la Nacional sostiene que esa discusión se está dando en cada institució­n.

La preocupaci­ón se mantiene entre los estudiante­s y rectores, aunque el Ministerio asegura que la educación superior es una prioridad, en época de vacas flacas, el mayor presupuest­o, que se le dio a este renglón, apenas llega a sostener los gastos

“El gobierno sí tiene plata, pero no tiene voluntad política para financiar la universida­d pública”. SARA ABRIL Exrepresen­tante estudianti­l

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Estudiante­s marcharon en Bogotá el 4 de octubre pasado y se unie-ron a la jornada nacional de protesta (foto) del pasado jueves, en Medellín.
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FOTO MANUEL SALDARRIAG­A

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