Hay que consolidar el derecho a la educación.
¿Qué lectura hace de este preocupación?
“Las universidades públicas han aumentado sus gastos a un ritmo superior al que aumentan sus ingresos, es insostenible. El problema no da espera y por eso comienza a verse en riesgo el funcionamiento de algunas universidades públicas regionales. Lo grave es que un país que no invierte en educación, ciencia e investigación, no tiene futuro en el medio plazo”.
¿Se ha hablado de reestructurar la educación, cómo debe ser?
“Debe ser todo el sistema. Hay que consolidar el derecho a la educación, con énfasis en la inicial y media; y hay que realizar una profunda revisión de los sistemas de formación de los docentes. Un cambio fundamental sería la construcción de una política pública de largo aliento y para ello tenemos una oportunidad de oro: Hemos lanzado el nuevo Plan Decenal. Necesitamos que sea convertido en el Plan de gobierno nacional y regional. Si no, habremos perdido un gran esfuerzo”.
¿Otra preocupación es que los pilos se van para las privadas y los recursos no llegan a las públicas, cómo analiza esto?
“Los estudiantes eligen las privadas y especialmente las de mayor costo, ya que suponen que el beneficio es mayor. Ellos no son conscientes del subsidio a las universidades públicas y, por ello, sienten que pagarían muy poco si ingresan a estudiar a ellas y que pagarían muchísimo si se fueran para las universidades privadas.
¿Qué debe aportar el Plan Decenal?
“Hay que fortalecer las universidades regionales tanto en calidad como a nivel financiero. Algunas de ellas son muy débiles y están en manos de la clase política regional para proteger sus intereses particulares”.