Así funciona el mercado de los .co y otros dominios
Las herramientas permiten que las empresas o personas sean más fáciles de ubicar y de recordar entre los usuarios de internet. Los precios varían.
Es 1994 y un propietario estadounidense de un negocio de citas online adquiere los derechos para usar el nombre del dominio Sex.com, que en 2006 se subasta por 13 millones de dólares.
En el primer trimestre de este año, en Colombia, estaban activos cerca de 2,1 millones de dominios .co, que pertenecen a la categoría de código territorial ( usada y reservada para un país), en 2010, esa cifra era de 27.704 dominios. Mientras que la terminación de argentina (. ar), a marzo de 2017, totalizaba 514.326 y la de México (.mx), 829.843. El mayor número de dominios activos en ese periodo se concentraba en Brasil (. br), que sumó 3,9 millones.
En total, América Latina reportó 8,5 millones de dominios, frente a los 69,9 millones de Europa y los 32,1 millones de Asia Pacífico. Así, mientras la región disminuyó 1 % en los últimos 12 meses y 4,4 % en el primer trimestre del año, el viejo continente creció 0,1 % y 1,2 % y Asia, 0,9 % y 9,5 %, respectivamente.
En cuanto a los dominios genéricos tradicionales — aquellos con terminaciones como el popular . com—, al primer trimestre de 2017, se registraron 160,7 millones y 25,6 millones de nuevos genéricos—como .xyz—.
De esa forma, se contabilizaron en el mundo a esa fecha 297,2 millones de dominios.
Así lo señaló Rafael Santoyo, gerente .Co Internet SAS, la entidad concesionaria del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTIC) para la administración del dominio .co.
El dominio es, entonces, un nombre único que identifica a un sitio web de internet, pero no es lo mismo que una marca o un derecho adquirido por tener una marca.
Eso quiere decir que si una persona o empresa, por ejemplo, quiere ser encontrada o recordada en internet con el mismo nombre que tiene, debe registrarlo (ver Opinión).
“Los dominios permiten posicionar marca o servicios, al
darse a conocer a un público objetivo”, indicó la directora de Zea Consultoría, Catherine Zea.
¿Cómo registrarse?
Primero, es importante conocer que todos los dominios se compran o se venden en línea, “no hay ningún lugar del mundo donde se vendan por la ventanilla de una tienda”, precisó el gerente.
Antes de registrar un dominio, también debe verificar que no esté siendo ocupado por otra persona o que si lo está, esté disponible para la venta. Muchos usuarios regis-
tran dominios, y en ocasiones le agregan contenidos, para luego venderlos a un mayor precio, como lo hizo el empresario de sex.com.
Si el dominio con su nombre o el de su empresa, por ejemplo, José Rodríguez, todavía no existe, puede acceder a los diferentes portales certificados para registrarlo, a cambio de pagar una suma que dependiendo del tipo o del valor agregado (plantillas para crear páginas web, servicios de alojamiento o de ciberseguridad) puede costar más o menos entre 38 mil pe- sos y 80 mil pesos al año.
Incluso, hay dominios, que por su versatilidad pueden costarle a su administrador hasta 30 mil dólares.
El dinero recaudado se destina a quienes prestan servicios asociados a la herramienta que funciona en un mercado libre no regulado.
En cambio, si el dominio ya existe y está disponible para la venta, puede comenzar un proceso de negociación con el proveedor a través de un intermediario o pagar para que le transfieran a su cuenta el
derecho a ocuparlo.
Protección a la marca
Desde finales de 1998, se estableció una norma para evitar que se registren nombres de marcas de mala fe. En el caso hipotético de que no existiera McDonald’s y una persona registrara un dominio con ese nombre, el propietario marcario tiene derecho a recuperarlo sin pagar nada. La medida se produjo a raíz de un acuerdo entre la máxima autoridad en dominios, la Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números ( Icann), y la Organización Mundial de Propiedad Intelectual (Ompi). Pero eso no se aplica para los nombres, incluso de personas públicas, con excepción de España. Así, si alguien registra el nombre que tiene un político o actor, no incurre en ninguna falta, siempre y cuando no se use para agregar contenido que lo difame o dañe su imagen. Finalmente, recomienda Zea hacer una vigilancia constante sobre la fecha en que caduca el derecho sobre el dominio, revisar que las extensiones asociadas con funciones de la empresa no estén siendo usadas para cometer delitos (riesgo ocupacional), así como estar pendiente de registrar su nombre o el de la marca, antes de que se le adelanten para venderlo a un mayor precio