El Colombiano

JUEGO DE OJOS

- Por ANA CRISTINA RESTREPO J. redacción@elcolombia­no.com.co

La revista Semana abrió su más reciente edición con la foto de

José Jair Cortés (vocal del consejo comunitari­o de Alto Mira y Frontera, silenciado en la vereda El Restrepo). El encabezado: “81 líderes asesinados”.

Pacifista tituló este lunes: “23 muertos en 23 días: octubre de 2017, el mes más negro de la paz”.

Según la Organizaci­ón de Naciones Unidas, está confirmado el silencio definitivo de 66 líderes sociales. Otros 18 casos están en proceso de verificaci­ón.

¿“Verificar” que un muerto está realmente muerto? Al analizar los casos de silenciami­ento de líderes sociales, es preciso constatar aspectos como si efectivame­nte ejercían liderazgo, si su muerte hizo parte de un plan sistemátic­o de exterminio o si la motivación del crimen fue su ejercicio del liderazgo; por eso, las cifras de distintas entidades del Estado y oenegés a veces no coinciden.

El informe ‘Agúzate’, del Programa Somos defensores, publicó: “[…] Los ataques contra los líderes sociales y defensores de derechos humanos han sido una realidad histórica en el marco de la violencia sociopolít­ica y ahora con el silencio de los fusiles con las Farc, esta violencia se focaliza aún más contra este tipo de activistas”.

Lo que incomoda de un líder (social, comunitari­o, político, etcétera) es su voz. En términos concretos: la muerte es su silencio definitivo; en abstracto: invitar desde un cargo público a callar al opositor en un país harto del asesinato político es más que un desafío simbólico…

Margarita Restrepo, senadora del Centro Democrátic­o (cuya existencia apenas descubro, excusen mi ignorancia), publicó el trino “Nos cansamos de sus gritos ordinarios, de sus incoherenc­ias y sus bravuconad­as. El pueblo la callará en las urnas #Bravucones­Inconsiste­ntes”, acompañado de la imagen de la senadora Claudia López con una cinta negra, en cruz, que sella sus labios. El mismo montaje circula con las caras de Humberto de la Calle, Sergio Fajardo e Iván Cépeda. Valga resaltar que sus rostros, además, aparecen sucios, como enterrados.

Luis Carlos Galán, Carlos Pizarro León Gómez, Bernardo Jaramillo Ossa y Jaime

Pardo Leal fueron acallados (casi) en las urnas.

Las fotos del silencio pueden ser vistas como una incitación al odio, pero también como una revelación: esas imágenes son un símbolo de quién es Margarita Restrepo, de aquellos que le hacen eco a su discurso y del modelo de país (censurador) que buscan.

En otro trino, Restrepo se apoltrona en el tono del machismo tradiciona­l y desvía un tanto el foco inicial de la discusión: “Hay una congresist­a gritona que enfrenta a sus colegas como un hombre, pero cuando le responden dice que ‘así no se trata a una mujer’”.

Surge la duda: ¿debatimos sobre una cuestión de fondo – una campaña de silenciami­ento en las urnas–, o sobre algo superficia­l (qué “feo” ser gritona)?

Si es un asunto de estética, nadie tiene la última palabra. Cada lector elaborará su propio juicio acerca de quien grita. O sobre quien, con una campaña política, evoca lo más abyecto de la mafia ochentera

Invitar desde un cargo público a callar al opositor en un país harto del asesinato político es más que un desafío simbólico…

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia