Juanda le pone batería a su historia de superación
El joven paraatleta antioqueño padece discapacidad visual y es una promesa del deporte.
Una negligencia médica, como él la llama, hizo que Juan David Velásquez cuente con apenas una visión del 23% en su ojo derecho y del 0% en el izquierdo.
Cuando nació, la retina no se le desarrolló completamente y lo dejaron en una incubadora con la vigilancia constante de una enfermera para que este no se quitara las gafas que lo protegían de la luz ultravioleta. Precisamente, en un parpadeo de su cuidadora de turno, se quitó sus lentes y quedó expuesto al brillo, quedándose sin visión.
Con este impasse, Juan, que es el mayor de mellizos (su hermana se llama Catalina) y hoy tiene 18 años, labró su vida a punta de esfuerzo. Estudió en el colegio Francisco Luis Hernández y siempre contó con el apoyo de su madre Olga.
De ella heredó uno de los gustos que marcaría su vida: la música. Amante del rap, trap y el reguetón, sintió la vena artística y quiso medírsela a un instrumento: la batería.
Incluso ya compuso una canción de música urbana: “Desde aquella tarde”. En esta quiso retratar la historia de cómo conoció a su novia, Carol Pinilla, con la que lleva 9 meses y que es atleta con discapacidad visual, como él.
Esa mezcla de ritmo, amor y atletismo sustentan la superación de este joven que
sueña con ser Profesional en Deporte. “Hace más de cuatro años que compito y esto me hace sentir que eso de ser limitados es falso”.
Hoy se encuentra en el Abierto Nacional, que se realiza hasta mañana en el estadio de atletismo de Medellín, y evidencia que, además de ser un velocista con talento, le rinde en el
salto largo. Lo hace al lado de su guía Andrés Felipe Álvarez, quien es atleta convencional y no ahorra elogios: “es disciplinado, teso y muy veloz, para mí es muy interesante trabajar con él”.
Él es uno de esos 350 deportistas que están en la capital paisa y que le imprimen batería al movimiento paralímpico colombiano