Marlon y Javier, el tándem feroz del Clásico
Ambos pedalistas de la modalidad paralímpica se robaron el show en la prueba de ruta Girardota-Barbosa.
Verlos pedalear, los dos con la sincronización exacta en sus pies y la posición similar cuando hay que emprender un descenso, es un espectáculo.
Eso mismo lo confirmaron los ciclistas que ayer, en la ruta del Clásico EL COLOMBIANO entre Girardota-Barbosa- Girardota (60,9 kilómetros), felicitaban a Marlon Pérez y Javier Serna por su estupenda actuación la categoría élite, en la que llegaron a la par del grupo líder en su bicicleta compartida (llamada tándem).
“Felicitaciones, hermano, ustedes son un par de fieras”, le recalcó uno de los cerca de 600 competidores que participaron en la última etapa del evento ciclístico en 2017.
Desde hace dos años, estos deportistas antioqueños se juntaron para trabajar en la modalidad paralímpica del tándem. Marlon, un ciclista antioqueño consagrado y campeón mundial juvenil, decidió ayudarle a Javier Serna a mejorar sus pedalazos.
Javier padece visión baja desde el nacimiento, pudiendo diferenciar figuras hasta dos metros de distancia, y desde hace 8 años decidió consagrarse a las bielas, inspirado por el ejemplo de su hermano, el medallista de plata en el maratón de los Paralímpicos de Londres, Elkin Serna.
“Él siempre me impulsó y me animó a hacer algo, aunque al inicio fue duro porque no tenía con quién salir y yo, de loco, me iba solo, causando varias heridas por culpa de las caídas”, explica el deportista que hoy tiene 31 años de edad.
Cuando conoció a Marlon, un loco en el descenso, encontró la persona que le ayudaría a darle más cadencia a sus pasos. “Él es muy fuerte, veloz y tiene mucha preparación, lo que me ha servido mucho para progresar”.
De hecho, vienen de ser campeones mundiales de ruta en Sudáfrica en este 2017, un hito para el ciclismo paralímpico del país y que les abrió muchas puertas.
“Como se dice por ahí, nos empezaron a lanzar el peto porque antes no miraban esta modalidad y, a partir del triunfo mencionado llegaron los apoyos de Coldeportes, permitiendo que más parejas como nosotros puedan comenzar a figurar”, explica Marlon.
La revolución en el Clásico
De hecho, una de las cosas a las que ahora apuntan tras el logro en África es poder conseguir que los tándem paralímpicos puedan competir contra los élites, sabiendo de las limitaciones que existen.
“Lógicamente se necesita un material de bicicleta como carbono, cinco kilos menos pesado que una de aluminio como la nuestra, y de un esfuerzo extra en las subidas porque, evidentemente, son 140 kilos sobre una cicla, lo que lo hace más complejo”, argumenta Marlon.
Para poder completar ese agrupamiento con el ciclismo convencional, Marlon y Javier quisieron dar una demostración en el tradicional Clásico EL COLOMBIANO, que les extendió la invitación a participar.
Con un ritmo demoledor
en el plano, una osadía extrema en los descensos y un paso constante en las escaladas (repechos en la vía Girardota-Barbosa y la llegada al parque del primer municipio), lograron generar la admiración en sus rivales.
Incluso, en gran parte de
la carrera llevaron el lote, cortando el viento e imponiendo la dinámica. Esto les alcanzó para llegar en el mismo grupo del ganador de la fracción, el español Ós
car Sevilla (Inder). “Fue una experiencia maravillosa en la que peleamos con todo frente a grandes rivales, me siento muy contento de haber tenido esta oportunidad y de haber peleado con todo”, comenta Javier.
Desde ahora, esta dupla feroz comienza a preparar los retos que trae el futuro: el Parapanamericano y la defensa del título mundial.
Pero Marlon, el guía de las piernas de Javier, insiste en sus ganas de que se mire con otros ojos la disciplina paralímpica y que se pueda tener igualdad con la categoría de los mejores