Institucionalidad, para que Urabá no sea otra Buenaventura
¿Cómo se da la presencia de la Fundación Unibán en Urabá?
“Nace hace 30 años, porque los empresarios bananeros identifican una problemática de carencia en los trabajadores que vivían en las fincas, como en campos de concentración. Eran condiciones sanitarias complejas. Gabriel Márquez, un líder de la región, asumió la dirección, en medio de masacres, tomas guerrilleras, invasiones de predios. Cuenta que hablaba con la gente, pero esta no sostenía la mirada. Empezó a hacer procesos de diálogo y conversaciones con comunidades. Una excusa era el deporte, un partido de fútbol, por ejemplo”.
¿Cómo está el sector bananero hoy?
“La agroindustria bananera está en una potencial crisis de relevo generacional. Los hijos de los trabajadores bananeros no quieren estar en esta labor, aunque este sector es el mejor remunerado en Colombia. Mejor que el cafetero, cacaotero, papero. Eso gracias a que los empresarios fueron capaces de sentarse en las mesas con Sintrainagro, un sindicato muy fortalecido del que muchos de sus dirigentes son exintegrantes del EPL (Ejército Popular de Liberación). Por eso, Urabá es el mejor laboratorio de posconflicto y resiliencia. Uno ve en una finca a desmovilizados del EPL al lado de otros de la AUC, trabajando juntos”.
¿Cuál es el sentir de la gente tras tanto sufrimiento?
“La gente de Urabá tiene esperanza, ilusiones, sueños. Ese es un capital que hay que aprovechar. Pero también existe debilidad institucional: es el mismo Urabá de hace 15 años y si eso sigue así, una región en una bonanza como la que tiene (distrito especial turístico, proyecto de área metropolitana, puertos, riqueza) eso se volverá incontrolable”.
¿Qué hace el sector privado por Urabá?
“Queremos incidir, por eso invitamos a gremios, empresarios, dirigentes, a las personas que les duele Urabá, a que conversemos y definamos la agenda para los próximos 30 años”.
¿Cómo visualiza a Urabá en el año 2030?
“Lo veo con dos puertos, un aeropuerto internacional, seguramente en Necoclí, con mejores oportunidades e inversión en turismo, algo que no lo hemos explotado. Es que Urabá, con el túnel del Toyo, quedará a 4 horas y media de Medellín. ¿Si la opción de los habitantes de Medellín para ir a pasear era Tolú, ahora serán Necoclí, San Juan de Urabá o Arboletes. Eso tiene que generar desarrollo, empleo, incremento de capacidad hotelera, restaurantes”.
¿Qué pasa si no se da esa unión para una agenda futura?
“Si no se hace ya un trabajo orientado a fortalecer institucionalmente la capacidad de las alcaldías, Urabá será el Buenaventura del futuro”.