LA OTRA AMENAZA NORCOREANA
La guerra verbal entre el presidente Trump y el líder norcoreano Kim Jong-un sobre el programa nuclear de Pyongyang ha sacudido nervios por todo el mundo. Pero el enjuiciamiento de dos mujeres por utilizar el agente nervioso VX para asesinar al hermano medio de Kim nos re- cuerda que el arsenal letal de Corea del Norte no está limitado a armas nucleares. Las armas químicas del Norte posan un grave riesgo para Corea del Sur y la estabilidad regional.
Expertos dicen que las municiones químicas por mucho tiempo han sido desplegadas por la zona desmilitarizada que separa al Norte y al Sur. En caso de un ataque militar contra el Norte, dicen los analistas, el régimen ve a los químicos como una opción para una respuesta primera. Seúl y sus 10 millones de habitantes podrían ser golpeados inmediatamente.
Los cálculos del número de víctimas son asombrosos. Las imágenes de Siria de niños gaseados con sarín en los últimos años han horrorizado al mundo; imagine una cifra de muertos en Corea del Sur mil veces mayor.
En un artículo en el Boletín de Científicos Atómicos, el historiador militar Reid Kirby usó el término “mar de sarín” para describir tal ataque. Teniendo en cuenta la toxicidad del sarín, el tipo de artillería a lo largo de la zona desmilitari- zada, y la vulnerabilidad de niños y ancianos, él estimó que un ataque con sarín podría matar hasta a 2,5 millones de personas en Seúl y dejar heridas a millones más.
Nadie por fuera del gobierno de Corea del Norte sabe con certeza la composición de las reservas químicas del país, pero inteligencia de desertores y el gobierno de Corea del Sur sugieren que Pyongyang tiene entre 2.500 y 5.000 toneladas métricas de unos 20 agentes de guerra químicos.
Expertos por mucho tiempo han sospechado que el arsenal del Norte incluye al VX, que es mucho más tóxico que el sarín. El espantoso asesinato en febrero del medio hermano de Kim, Kim
Jong-nam, un descarado asesinato en un aeropuerto de Malasia que según fiscales fue realizado por dos mujeres, entrenadas por agentes norcoreanos, que frotaron la cara de la víctima con VX, ha disipado cualquier duda de que el Norte tiene el químico.
El asesinato de Kim Jongnam también da origen al espectro de nueva proliferación de armas químicas. El hecho de que el VX salió de Corea del Norte hacia otro país sin ser detectado podría indicar que Kim usaría las extensas redes de traficantes criminales del Norte para secretamente ayudar a otras naciones, o actores no estatales, para obtenerlo o producirlo.
La amenaza química de Corea del Norte recuerda un momento en que las armas químicas representaban una amenaza global mucho mayor que la actual. La doctrina de la disuasión estratégica -mantener reservas de poderosas armas para mantener a raya a un adversario con armas similares- no comenzó con ar- mas nucleares; más bien, surgió de la guerra de gas en la Primera Guerra Mundial.
Después de la guerra, el Protocolo de Ginebra de 1925 prohibió la guerra química pero no las armas químicas. La lógica de esa aparente contradicción era que las naciones deshonestas podían ignorar el derecho internacional y usar armas químicas para atacar ciudades y poblaciones civiles de la misma manera en que Corea del Norte amenaza con hacerlo hoy. La manera de disuadir tales ataques, según la lógica, era mantener un arsenal. Si las naciones signatarias sufrieran un ataque químico, podrían tomar represalias similares.
El Senado de Estados Unidos, convencido de que el acuerdo era tontería en un mundo peligroso, se negó a ratificar el pacto.
Muchos expertos dicen que Kim, si es atacado con armas convencionales como advertencia o ataque preventivo, podría ver a las armas químicas como una forma de tomar represalias sin escalar a armas nucleares
Las armas químicas de Corea del Norte posan un grave riesgo para Corea del Sur y la estabilidad regional.