Programa musical Batuta recibe premio en España
Museo de Bilbao reconoció su aporte a la transformación social en comunidades marginadas y de alta vulnerabilidad en el país.
La Fundación Batuta, que realizó su primer concierto en Bogotá el 22 de septiembre de 1991 con una orquesta de 354 niños y jóvenes y que hoy beneficia a 43.000 personas, acaba de recibir el premio Fair Saturday, que entrega el Museo Guggenheim de Bilbao (España), como un reconocimiento a su labor en favor de la transformación social y en la generación de espacios de reconciliación.
Batuta es una entidad nacional, con presencia en los 32 departamentos y cuenta en Medellín con varios centros musicales que benefician a 804 niños y jóvenes. En Antioquia son cerca de 2.500 participantes en sus programas de iniciación musical, incluidas comunidades afro e indígenas.
Su directora ejecutiva nacional, María Claudia Parias, que asistió a la recepción del premio, lo destacó como una oportunidad para estrechar lazos de unión e intercambio con organizaciones culturales de España y otros países.
“El premio es una estatuilla que se entregó en una gala en el museo de Guggenheim, ante 500 líderes culturales de Bilbao y del mundo”, indicó.
Advirtió que aunque no es un premio en dinero, facilita que se puedan realizar alianzas técnicas y crear programas conjuntos para romper barreras entre entidades culturales, “y además genera visibilidad al trabajo realizado”, recalcó.
Crecimiento juvenil
La red Batuta es básicamente un espacio para la formación musical, que constituye una alternativa de vida para niños y jóvenes que viven en condición de vulnerabilidad. Se sostiene con aportes públicos y privados y constituye un sistema nacional de orquestas sinfónicas infantiles y juveniles en todo el país.
En Medellín y Antioquia
En Medellín, Batuta constituye una red de orquestas que promueve la práctica musical e infantil, con foco en las zonas de mayor conflicto.
Edison Betancur, que ingresó como profesor en 2003 y hoy es coordinador de varios centros musicales, ha sido formador de cientos de muchachos que han cambiado sus vidas con Batuta.
“Lo más gratificante de este programa es tener la batuta para tocar, con la música, el alma de los niños y jóvenes y verlos transformar sus vidas, visualizar y cumplir sus sueños”, subrayó Betancur.
En la ciudad, 55 % de 804 niños y jóvenes atendidos han sido víctimas del conflicto armado; y en Antioquia, el 58 % de un total de 2.541 beneficiarios que hay en el momento.
“Tengo 23 años y estuve en Batuta de los 10 a los 16, el programa marcó mi vida, hoy soy licenciado en música y recibí
grandes enseñanzas para la vida, no solo musicales”, admitió Santiago Ramírez Domicó, de descendencia indígena.
Junto a Batuta también fueron galardonados el Festival de Edimburgo; la española Yehudi Menuhim Foundation (que forma niños artistas); la Tarumba (escuela de circo de Perú); y el humanista español Antonio Garrigues Walker