¡Despierta, mundo!
Los informes sobre emisiones de gases de invernadero y los compromisos de los países del Acuerdo de París preocupan y plantean dudas sobre si se logrará frenar el calentamiento global.
Auna semana de comenzar la Conferencia del Cambio Climático de Naciones Unidas, la COP 23 en Bonn, para revisar los avances del Acuerdo de París, las noticias para el planeta no son buenas.
La Organización Meteorológica Mundial en su Boletín sobre los Gases de Invernadero reportó que la concentración de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera es 145 % más alta a la que se tenía en la era preindustrial y el aumento visto en los últimos 70 años es casi 100 veces mayor al del final de la última Edad de Hielo hace 11.700 años.
Desde 1990, reveló el Boletín, aumentó 40 % el efecto de calentamiento en el clima, 2,5 % entre 2015 y 2016.
“Las cifras no mienten. Aún estamos emitiendo mucho y es necesario reversar eso”, dijo Erik Solheim, director ejecutivo del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
La última vez que hubo esa concentración de CO2 ocurrió hace 3,5 millones de años, cuando la temperatura era 2 a 3° C mayor a la actual.
El mensaje es claro y llevó al secretario general de Naciones Unidas, Antonio Figueres a expresar en redes socia- les: “Despierta mundo. Estamos matando nuestro planeta. Acción climática ya”.
Es que el asunto no va bien. Ayer se conoció también el Informe sobre la Disparidad en las Emisiones que muestra que las promesas de reducción de emisiones hechas por los países firmantes del Acuerdo de París no son suficientes para detener el calentamiento global y el mundo se encami- na a 2100 a una temperatura de al menos 3° Celsius sobre la era preindustrial, fatal para millones de personas y miles de especies. El Acuerdo busca estabilizar la temperatura en 1,5 grados con respecto a 1750.
“No estamos haciendo lo suficiente para salvar a millones de personas de un futuro miserable. Esto es inaceptable”, expresó Solheim.
La situación puede ser peor, si no se actúa con mayor firmeza, ante el retiro de Estados Unidos del Acuerdo, cuyo presidente Donald Trump ha blindado las oficinas e instituciones federales relacionadas con el clima y las investigaciones sobre este, con personas que niegan la incidencia de las actividades humanas en la aceleración del calentamiento y el cambio climático.
Pese a la posición del go- bierno Trump, hay que insistir en que el tema es de todos, no de un país ni un conjunto de naciones.
El informe de la Disparidad recuerda que hay formas de lograr una mayor reducción de emisiones en sectores claves como agricultura, construcción, energía, silvicultura, industria y transporte, con inversiones tecnológicas menores a 100 dólares por tonelada de CO2, con lo cual se podría cerrar la brecha a 2030 y cumplir el objetivo central del Acuerdo de París.
Colombia también debe aumentar su contribución. No es un gran emisor pero la tasa de deforestación es alta, con el agravante de que es mayor en el considerado pulmón del mundo: la Amazonia.
Es importante además que los alcaldes de las ciudades grandes actúen con más dedicación e innovación para reducir las emisiones: las áreas urbanas contribuyen con 70% del total de CO2 emitido.
La cumbre que comenzará el lunes próximo será clave para conocer si los gobiernos acuerdan compromisos más serios para frenar el que puede ser el mayor problema que enfrenta hoy la humanidad: el calentamiento global. No queda margen de acción