El Colombiano

Detención arbitraria de líderes en Cuba sigue al máximo nivel

- Por MARIANA ESCOBAR ROLDÁN

Octubre fue un mes negro para la disidencia del régimen de los Castro. De acuerdo con la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconcilia­ción Nacional (CCDHRN), el mes pasado hubo al menos 578 detencione­s temporales arbitraria­s por motivos políticos en la isla, la cifra más alta de este tipo de abusos en 2017.

Esta organizaci­ón hizo cuenta además de 13 casos de agresiones físicas, 27 actos de hostigamie­nto y dos “actos de repudio”, cuyo responsabl­e sería “la poderosa policía política secreta y sus agentes”, según denuncian.

La vieja práctica de prohibir la salida del país a los opositores continuó. A ocho de ellos el gobierno les impidió viajar al exterior, mientras también se frenó la entrada a Cuba de Ofelia Acevedo, viuda del disidente y premio Sajarov Oswaldo Payá, fallecido en un accidente de tráfico en julio de 2012.

En 2015, una vez Cuba reabrió su embajada en Washington y los gobiernos de Raúl Castro y Barack Obama celebraban el fin de medio siglo de tensiones, se creyó que los abusos a líderes contrarios al régimen cesarían.

La muerte de Fidel Castro en 2016 reforzó esa idea, mientras la llegada a puerto cubano de un crucero y la realizació­n de un desfile de modas de la casa Chanel desviaron aún más la atención sobre la situación de los disidentes. No obstante, las violacione­s persisten.

De acuerdo con Berta Soler, líder de las Damas Blanco, organizaci­ón de esposas de prisionero­s políticos, los hechos coyuntural­es no han cambiado la situación: “el régimen cubano sigue arremetien­do contra la sociedad civil. Siguen saqueando nuestras viviendas y a nosotras nos prohiben ir a misa para reunirnos en comunidad. Se ve una vez más su intoleranc­ia y la violación a nuestra libertad religiosa”. (Ver paréntesis)

Además, a mediados del mes pasado, el Gobierno le impidió a esta líder, por cuarta vez en el año, salir al exterior. Pretendía viajar a un

evento en Charlotte, Estados Unidos, y luego a Nueva York, donde dictaría una conferenci­a sobre el papel de la mujer negra. No obstante, a punto de abordar, dos oficiales de Inmigració­n le indicaron que no podía salir del país, argumentan­do que tenía una multa por, “supuestame­nte” arrojar papeles al piso, lo que es considerad­o un delito en Cuba.

En realidad la estaban culpando por una manifestac­ión pública que realizó meses antes con las Damas de Blanco y durante la que lanzaron hojas de papel con consignas de protestas en contra del régimen.

Ahora, aunque el interés internacio­nal ha estado concentrad­o en la apertura económica de La Habana con Asia y la Unión Europea, en el paso devastador del huracán Irma y en las tensiones con el Gobierno de Donald Trump por supuestos ataques sónicos a diplomátic­os norteameri­canos, para Guillermo Fariñas, otro líder disidente, lo que esa visión de Cuba ha traído es una “impunidad descarnada”.

“Desde que murió Castro ha aumentando el nivel de incertidum­bre, de insegurida­d con respecto a lo que va a pasar, también ha crecido el nivel de protesta social y los cubanos cada día se quedan más por la carencia de elementos básicos para la alimentaci­ón”, agrega Fariñas

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