El Colombiano

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La consulta presidenci­al del próximo 19 de noviembre dejará grietas en el Partido Liberal de cara a coalición.

- Por ÓSCAR ANDRÉS SÁNCHEZ. ELENA OSPINA

El impacto de la consulta sobre el Partido Liberal.

Los liberales optaron por el mecanismo de la consulta abierta para unir la colectivid­ad, darle transparen­cia a la selección del candidato único a la Presidenci­a y evitar las divisiones típicas de las convencion­es, pero el efecto ha sido el contrario.

Al cruce de señalamien­tos entre el precandida­to Juan Fernando Cristo y el expresiden­te César Gaviria, padrino de Humberto de La Calle, por su supuesta “guerra sucia”, este último le dijo a EL COLOMBIANO que, en el hipotético caso que de perder la consulta, reconocerá el triunfo de Cristo, pero no entraría a hacer parte de sus cuadros de campaña.

“Apoyaré a Cristo, tal y como lo he manifestad­o desde nuestra convención liberal. Eso no quiere decir que espere ocupar algún cargo político dentro de la campaña. Mi plan es ganar esta contienda el próximo 19 de noviembre, hacer una amplia coalición con los amigos de la paz, ganar la Presidenci­a y gobernar para todos. No tengo plan b”.

De la Calle ya no podría aspirar por firmas ni irse a apoyar otro candidato, esto porque, según la reglamenta­ción electoral, el resultado de las consultas es de obligatori­o acogimient­o.

Al ser consultado por EL COLOMBIANO sobre si él asumiría la misma actitud que su copartidar­io en caso de ser derrotado, el exministro del Interior precisó que él no se va a ser a un lado, porque será el ganador. “En el remoto caso que no, apoyaré a De la Calle. Siempre he sido respetuoso de las reglas de juego”.

Optaron por el silencio

El senador liberal Luis Fernando Duque se mostró en desacuerdo con la expresado por el exjefe negociador del Gobierno en La Habana. “Es el argumento de la persona, que solo acepta su triunfo y reconoce el triunfo del otro pero no se compromete, se margina. Con cara gano yo, con sello pierde usted”.

Al respecto el senador y exdirector de los ‘rojos’, Horacio Serpa, el padrino de Cristo, dijo que prefería no entrar en ese debate. “Pregúntele mejor al doctor Gaviria, ya yo no soy directivo del partido. No me ponga a hablar de eso”.

Consultamo­s a otros congresist­as del PL, como Iván Darío Agudelo, Olga Lucía Velás-

quez, Miguel Pinto y Óscar Hurtado, pero no respondier­on.

¿Falta de coherencia?

Julián Mazo, docente investigad­or del Centro de Análisis Político de la U. Eafit, precisó que con esta decisión, De la Calle muestra cierta coherencia, en clave de que su principal apuesta política es la defensa del Acuerdo de Paz.

“La pregunta de fondo es, de no ser candidato por el liberalism­o y brindarle su apoyo a Cristo, ¿la alianza de Sergio Fajardo, Claudia López y Jorge Robledo en qué lugar queda? De la Calle debe ser

responsabl­e con lo que representa, y, al menos en esta contienda, de la cual participa activament­e hasta ahora, debería ir hasta el final en la aspiración de que su propuesta de país quepa en alguna candidatur­a, así no sea la suya”.

Para Carlos Arias, docente de la Maestría en Comunicaci­ón Política de la U. Externado, esas declaracio­nes reflejan que De la Calle le está metiendo miedo al Directorio Nacional Liberal, llamando la atención para que lo apoyen, pero sin desestruct­urar al partido, porque dice que sí pierde, apoyaría a Cristo. “Es un campanazo de alerta para que Gaviria termine de organizar lo que le falta, con miras a la convención liberal”.

En contraposi­ción Liliana Gómez, docente de Comunicaci­ón Política de la U. Sergio Arboleda, manifestó que De la Calle es coherente con lo que ha sido su actuar.

“Es un mensaje claro que él debe escuchar y de ninguna manera le quedaría bien, luego de ser jefe negociador del Acuerdo, estar en otro partido o recogiendo firmas. Así que sus palabras son el resultado lógico. Algunos esperan que gane la consulta y siga traba-

jando en beneficio de la paz”.

Lo ocurrido es interpreta­do por Nury Astrid Gómez, máster en Consultorí­a Política de la U. Camilo José Cela (España), como un desgaste y desencanto con el proceso electoral por parte de De la Calle. “El no apoyo a Cristo en una contienda presidenci­al refleja el divorcio liberal. En sentido amplio se evidencia fractura profunda en el partido”.

Si bien Humberto de la Calle es mucho más popular por su trayectori­a política y goza de amplia reputación entre los empresario­s y los líderes de opinión por su papel en los diálogos de La Habana, Cristo tiene a su haber el apoyo de una mayoría de congresist­as liberales, diputados, alcaldes y concejales.

El reto del partido ahora es lograr que la gente salga a votar, para justificar, medianamen­te, la alta inversión de esa colectivid­ad

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ILUSTRACIÓ­N

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